El bullying que sufrió Laura Esquivel durante ''Patito Feo'': ''Me gritaban que era una fea''

La actriz también habló de cómo la obligaban a ir a todos los eventos con los anteojos y las trencitas para no ''arruinar la magia''.

Patito feo
Patito feo

El acoso físico o psicológico, también denominado Bullying (debido a que bully es matón en inglés) no entiende de género, edades ni tampoco del tipo de persona que lo padecen. Cualquiera lo ha sufrido en algún momento de su vida.

Laura Esquivel también lo ha padecido, según manifestó en una entrevista con ''Por si las moscas'', cuando rodaba la exitosa tira ''Patito Feo'', en la que también participó Juan Darthés.

''Sufrí bullying en la calle. Iba paseando con mi mamá y grupos de pibas me gritaban que era una fea y me comparaban con Antonella (La antagonista de la serie)'' explicó, a lo que agregó: ''Pasaron muchos años de vida desde que pasó eso, terminé la secundaria, superé un poco la adolescencia y siempre tuve mucha contención de mi familia. Me bancaron en todo lo que necesité. Pero también como persona tuve que sanar por muchos lados''.

Los protagonistas de Patito Feo (Foto: Web)
Los protagonistas de Patito Feo (Foto: Web)

En cuanto a la etapa en la que ''Patito Feo'' llegó a su vida, expresó: ''La primera prueba de vestuario de Patito Feo yo tenía doce años y en el clímax del éxito tenía catorce; son edades en las que uno forma su personalidad y en las que tiene que fortalecerse como persona''. Luego de eso, añadió: ''Nunca odié al personaje pero entendí que era cruel. Lo trabajé internamente conmigo y después lo hablé en terapia, pero no fue fácil para nada''.

''Las populares'' de Patito Feo. El personaje de Laura Esquivel es la segunda, de derecha a izquierda.
''Las populares'' de Patito Feo. El personaje de Laura Esquivel es la segunda, de derecha a izquierda.

Además, también reveló que le exigían llevar el vestuario típico de su personaje a distintos eventos, aunque no fuera su obligación contractual: ''El primer año de Patito tenía que ir a todos los eventos con los anteojos y las trencitas. No estaba por contrato, pero me obligaban. Me parecía realmente absurdo y ridículo. Todavía no me podían mostrar 'linda' porque me decían que 'se perdía la magia del final de la novela'''.