Para la Cepal, hay acaparamiento de vacunas por parte de pocos países

El organismo dependiente de la ONU insistió con su proyecto para que el FMI inyecte liquidez por 500.000 millones de dólares y pidió una “mayor solidaridad” global.

Sputnik V, la vacuna que Argentina sigue de cerca con Viazzotti en Rusia.
Sputnik V, la vacuna que Argentina sigue de cerca con Viazzotti en Rusia.

Sin medias tintas, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) denunció hoy que existe un “acaparamiento por parte de pocos países de las vacunas” contra el Covid-19 y llamó a los gobiernos de los países centrales a reaccionar para ponerle fin a la pandemia.

Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de la Cepal, dijo que existe una “asimetría muy grave” en el acceso a las vacunas que afecta a la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos y la Unión Europea.

Señaló en ese sentido que existe “un acaparamiento de parte de pocos países o que tienen incluso mayor cantidad de vacunas de las que necesitan” para inmunizar a toda su población ante la amenaza del Covid-19.

“Realmente, el mundo necesita una solidaridad más amplia”, dijo Bárcena en un evento organizado por Casa de América, una organización dedicada a estrechar lazos entre España y América Latina.

Para la Cepal, quedó demostrado que no alcanza con el Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19 (Covax), una alianza impulsada por actores públicos y privados con el objetivo de garantizar el acceso equitativo a las vacunas que se logren desarrollar contra el coronavirus.

Un dato alarmante que plasma la realizad continental es que el 88% de los insumos médicos que América Latina necesitó para enfrentar la pandemia debieron ser importados. “No estábamos preparados. Después las empresas empezaron a recalibrar y a producir por ejemplo respiradores, pero no estábamos preparados”, lamentó Bárcena.

Cooperación y recursos del FMI

La Cepal viene procurando y planteando la urgencia de que haya mayor cooperación, sobre todo para los países de ingresos medios como la Argentina. Y pide que haya una emisión de Derechos Especiales de Giro (DEG) –la “moneda” del Fondo Monetario Internacional- por el equivalente a 500.000 millones de dólares.

Bárcena planteó que tiene esperanzas en que esta iniciativa pueda avanzar porque el nuevo gobierno estadounidense de Joe Biden “tiene cierta apertura”, cuando la gestión anterior de Donald Trump directamente se oponía.

Para que se pueda hacer la emisión no se requiere el acuerdo del Congreso de los Estados Unidos ni de ningún otro país, pero sí del board (directorio ejecutivo) del Fondo Monetario en el que el país del norte tiene un peso decisivo en la toma de decisiones.

Si se lograra la emisión de los DEG, América Latina y El Caribe recibirían este año unos 55.000 millones de dólares. Bárcena pidió no asustarse por el número de 500.000 millones para la emisión, dado que es sólo el 8,4% de las reservas internacionales.

Para que esos DEG no sean absorbidos mayoritariamente por los países “más avanzados de la región y con mayor espalda financiera” como Brasil, México y Colombia, la Cepal propone que los recursos sean administrados por el Fondo Latinoamericano de Reservas (Flar).

Argentina no forma parte del FLAR, que está integrado por Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

Bárcena ya estuvo en contacto con el presidente ejecutivo del FLAR, José Darío Uribe, para analizar la posibilidad de poder trabajar con todos los países de la región en el contexto de pandemia de Covid-19, incluida la Argentina.

Para la funcionaria internacional, es necesario “revisar la redistribución” de estos Derechos Especiales de Giro o bien hablar de una redistribución de la liquidez que hay en el mundo. “Tenemos que pensar fuera de la caja porque los países, todos, van a requerir políticas fiscales activas”, dijo.

También indicó que gracias a que los países tomaron medidas fiscales importantes en 2020, la pobreza llegará a 209 millones de personas, porque sino se hubiera hecho nada se estaría ahora en 230 millones. “Igualmente, es una cifra terrible”, admitió.

Y la indigencia alcanzará en América Latina a 78 millones de personas, aunque sin medidas fiscales expansivas para la asistencia social, se hubiera llegado a 96 millones de personas.