Sputnik V: en Rusia, no confían en su propia vacuna

Uno de los motivos de la resistencia de los rusos es el temor a los efectos adversos.

La Sputnik V, cuestionada en Rusia. (Foto: Orlando Pelichotti /Los Andes)
La Sputnik V, cuestionada en Rusia. (Foto: Orlando Pelichotti /Los Andes) Foto: Orlando Pelichotti

La Sputnik V ya está homologada en 50 países y fue la primera en aprobarse desde que comenzó la pandemia. Pese a esto, es en la propia Rusia donde continúan los cuestionamientos. Hasta ahora, solo el 5,7% de su población fue inoculada, un porcentaje menor al de Argentina, teniendo en cuenta la cantidad de habitantes

En nuestro país, el 9,39% de los habitantes recibió al menos una dosis, en el país europeo, solo al 5,71%, apenas por encima de la media mundial (5,39%). Considerando el total de vacunas aplicada también estamos por encima: 10,97 vacunas aplicadas por cada 100 habitantes, contra 9,34 aplicadas en Rusia.

Aunque, en los números locales también se incluyen la inoculación con Sinopharm y AstraZeneca/Covishield, cabe mencionar que la Sputnik sigue siendo la número uno en cuanto a cantidad en nuestro territorio. Se recibieron alrededor de 7,3 millones de dosis y el 61% son de las provenientes del Instituto Gamaleya. Argentina compró 20 millones de unidades.

Según una nota de la BBC en Moscú, las autoridades en Rusia no suelen hacer alusiones a la cantidad de muertes por Covid en el país, además no existen medidas de confinamientos. Estos podrían ser al menos algunos de los motivos por los que los rusos no encuentran una amenaza en la enfermedad y no se ven motivados a recibir la vacunación.

Los motivos y las dudas

La Sputnik V se basa en vectores adenovirales y tiene dos componentes no intercambiables que se aplican con un intervalo recomendado de al menos 21 días. Sin embargo, no es esto lo que despierta las dudas de la población sino la “falta de papeles” cuando fue aprobada. El presidente Vladimir Putin comunicó que una de sus hijas había sido vacunada aún cuando no habían terminado las pruebas de la fase III. Por supuesto, el tiempo pasó y la publicación de The Lancet en febrero parecía haber terminado con todas las dudas.

No obstante, los locales siguen mirando con desconfianza la vacuna, que está disponible para todos los grupos. Se coloca gratis en hospitales y en los centros móviles que funcionan hasta en shoppings y restaurantes. Hay una página web, una app y un teléfono para tomar los turnos.

Según un relevamiento del Centro Levada, un centro de investigación independiente en Rusia, sólo el 30% de los rusos se sienten listos para vacunarse. Más de la mitad de los encuestados (56%) manifestó no tener miedo de contagiarse, pero incluso de quienes conforman el 43% restante, más de la mitad no se vacunaría.

Entre las razones, se destacan el miedo a los efectos adversos (37%), seguida la de querer esperar a que terminen los ensayos (23%). Un 16% de los rusos cree que no tiene sentido vacunarse y un 10% directamente se manifiesta como antivacunas. Un 12% señala tener contraindicaciones personales y el 7% restante manifestó otros motivos o sencillamente no sabe.

Hay quienes afirman que el hecho de que Putin haya retrasado su vacunación contribuyó a la desconfianza.

El Ministerio de Sanidad espera vacunar a 30 millones de rusos antes del 15 de junio, aunque los números al momento son desalentadores. Cabe mencionar, que además de la Sputnik V, Rusia tiene otras dos vacunas, la EpiVacCorona y la CoviVac.