Una mamá internada por Covid-19 hace videollamadas con su bebé recién nacida

Fueron separadas en distintos hospitales, y una neonatóloga generó un nuevo lazo tecnológico entre ellas.

Liliana Desalvo, el vínculo entre Candela y su mamá (Foto: La Nación)
Liliana Desalvo, el vínculo entre Candela y su mamá (Foto: La Nación)

Patricia Yorio dio a luz a una beba prematura, y solo dos días después, fue diagnosticada con coronavirus, por lo que se vio obligada a separarse de su hija. Esto ocurrió en el hospital Belgrano, de San Martín, donde la situación se agravó.

Por la gran cantidad de infectados que había en ese centro de salud, muchos pacientes fueron trasladados a otros, y ese fue el caso de Candela, la bebé de Patricia, que fue reubicada en el Hospital Magdalena V. de Martínez, de General Pacheco. Allí, la neonatóloga Liliana Desalvo puso su celular al servicio de madre e hija, y las mantiene permanentemente comunicadas con fotos y videollamadas.

Las llamadas entre Candela y su mamá (Foto: La Nación)
Las llamadas entre Candela y su mamá (Foto: La Nación)

"De alguna manera, ese hilo de conexión que hay entre la madre y un bebé no se rompió. Se mantuvo en la distancia", dice Desalvo a La Nación, y cuenta que Candela recibe constantemente cariño de las enfermeras del servicio de Neonatología.

"A pesar de la distancia, pudimos sostener el vínculo con la mamá. Fue a través de otro método. Pero cuando se vuelvan a ver, las dos van a sentir que se conocen. En esta era de comunicaciones diferentes, aunque la mamá no la pudo tocar y besar, estuvieron lejos y cerca de la vez", agrega.

"El vínculo madre-hijo es el vínculo social más común y duradero. Con el uso de la tecnología tratamos de superar la barrera que significa el distanciamiento social. El vínculo temprano debe ser una práctica normal para los recién nacidos sanos, incluidos aquellos nacidos por cesárea y los bebés nacidos temprano a las 35 semanas o más", indica Eduardo Duro, jefe del Servicio Neonatología del hospital de Pacheco.

Candela nació con 34 semanas de gestación, a comienzos de abril. Pesaba solo 1790 gramos y quedó internada en terapia intensiva neonatal del Hospital Belgrano. Su mamá pudo visitarla al día siguiente, pero no alzarla. Y al otro día, quedó aislada y no hubiera podido volver a ver a Candela de no ser por la tecnología.

"Me dijeron que no iba a ser posible darme el alta porque me podía haber contagiado con coronavirus en el hospital. Que podría haber sido a través de una de las enfermeras que me cuidaba en terapia intensiva y que también se había contagiado. La prueba dio positivo para Covid-19. No pude acercarme más a mi bebé. Primero lloré de enojo porque solo había podido estar un día con ella. Pero me tranquilizó saber que Candela no tenía el virus", cuenta Yorio, quien nunca tuvo síntomas de Covid-19.

Juntas a la distancia

La primera videollamada que conectó a Patricia con su hija fue para que ella pudiera ver que Candela había llegado bien al nuevo hospital. "Eso me puso muy alegre. La doctora me decía que escuchar mi voz le hacía bien. Y se movía y me miraba. Me daba fuerzas mientras estaba aislada", cuenta.

A pesar de que el protocolo del Ministerio de Salud bonaerense indica que el informe diario debe enviarse por mail, Desalvo fue más allá: "Me salí de los esquemas y me planteé por qué no hacer lo que me gustaría que hicieran por mí en esa situación. Eso sería que me envíen fotos de mi bebé, ver cómo está, hablarle, sin tener que estar conectándome al correo electrónico, que no siempre es fácil para todos", dice.

"Es como hacer de una manera accesible y más cálida que no se quiebre la unión entre un bebé y su madre, que está a kilómetros de distancia. Y ese vínculo no puede romperlo un virus o el aislamiento social", agrega.