Opinión: Una súper banda de visita

Por Gillespi

Gillespi nos explica por qué están locos los trompetistas
Gillespi nos explica por qué están locos los trompetistas

Una de los discos mas increíbles que escuché en mi adolescencia fue “Romantic Warrior”, de la banda Return to Forever. El disco lanzado en 1976 fue una verdadera revolución entre los músicos, que como me pasó a mí, no podíamos creer semejante nivel de composiciones, arreglos y performance.

Chick Corea era el tecladista y desde ahí comandaba una verdadera nave espacial de sonidos, el bajista era Stanley Clarke (nada menos) y el baterista Lenny White. Completaba la banda un guitarrista llamado Al Dimeola, dueño de una velocidad y digitación que hacía dudar si era un humano o una computadora musical.

Lo cierto es que Chick Corea supo tener su propio espacio a mediados de los años sesenta con su maravilloso disco “Inner Space”, un álbum doble con la participación del gran trompetista Woody Shaw y que fue disco de cabecera mío durante unos meses.

Poco tiempo después el pianista formó parte de la banda de Miles Davis, con el que grabó el disco “Filles de Kilimanjaro“ y donde le tocó la tarea nada fácil de reemplazar a Herbie Hancock. Allí Corea experimenta con el sonido del piano eléctrico, instrumento que adoptaría rápidamente junto a los primeros sintetizadores electrónicos.

El otro gran disco con Miles Davis es “In a Silent Way”, en el que comparte los teclados con otro genio como Joe Zawinul. Este álbum marcaría el comienzo de una nueva música que fusionaba elementos del jazz y la potencia eléctrica del rock. De alguna manera el nacimiento de la banda Return to Forever, de Corea y Weather Report de Zawinul resultan desprendimientos de la experiencia con Miles Davis.

Su interés por los teclados electrónicos no eclipsó sus orígenes en el piano clásico y su discografía alterna entre estos formatos. Sus discos “Piano Improvisations”, de 1971, muestran al pianista en un formato más libre y sin preconceptos en una línea estética que tomaría también Keith Jarret algunos años después.

Sus trabajos a dos pianos con el pianisa austríaco Friedrick Gulda exploran el mundo de la música clásica fusionada con el jazz. Entre los discos de música clásica de Corea aparece “The Mozart Sessions”, junto al cantante Bobby Mc Ferrin y orquesta.

Ya en los años ochenta, Chick Corea vuelve a sorprender con una nueva súper banda llamada Electrik Band, algo así como una versión actualizada de Return to Forever, donde reunía a los nuevos superhéroes John Patitucci en bajo, Scott Henderson en guitarra eléctrica y Dave Weckl en batería.

El camino de Chick Corea no se detiene y hace pocos meses se anunció una gira mundial junto a otro verdadero “monstruo sagrado” de la batería, como es Steve Gadd.

La carrera de Gadd es también descomunal. Fue baterista de Paul Simon, Paul McCartney, Joe Cocker y de los geniales Steely Dan en el multipremiado disco “Aja”. Aquí en la Argentina tuvimos la suerte de verlo en los shows de Eric Clapton, donde la base de Gadd y el bajista Nathan East fue sobresaliente.

Desde hace 30 años es considerado uno de los diez mejores bateristas del mundo y una verdadera leyenda del instrumento.

En Argentina tiene una verdadera legión de fanáticos.

La Corea-Gadd Band es el nuevo proyecto que los ha unido.

La idea original era juntarse para grabar un disco y terminó siendo una gran gira que ya los llevará a Europa y Estados Unidos, además de Sudamérica.

Completan la Corea-Gadd Band Lionel Loueke, en guitarra eléctrica; el gran Carlitos Del Huerto, en bajo; Steve Wilson, en vientos y el brasileño Luisito Quintero en percusión.

Atentos, porque esta superbanda tocará esta noche -a las 21- en Buenos Aires, en el teatro Gran Rex.