El clima, gran definidor de de lo que viene

La sequía sigue siendo el gran condicionante de la campaña.

Via Campo
Via Campo Foto: Via Campo
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Ya tuvo su impacto en la producción de fina (trigo y cebada),  y ahora, sumado a las heladas de esta semana, está teniendo gran impacto en la producción de gruesa (maíz, soja, girasol) del país. Además del impacto sobre la producción de forraje que afectó a planteos ganaderos y lecheros. Y todavía el partido no terminó. Existen distintas estimaciones del impacto económico y productivo. Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario estima pérdidas importantes (81.000 ha de maíz tardío ya se perdieron y el 60% de la soja de primera está de regular a mala)  para la zona núcleo, una de las más afectadas. https://www.bcr.com.ar/es/mercados/gea/seguimiento-de-cultivos/informe-semanal-zona-nucleo/se-perdio-el-7-del-maiz-tardio-y

A nivel país, las estimaciones más optimistas indican que ingresarán entre 10 mil y 15 millones de dólares menos en concepto de exportaciones y una caída en la recaudación de impuestos no menor a los 6000 millones de dólares. Y eso solo como efecto primario, sin considerar el impacto secundario en la cadena (fletes, hectáreas cosechadas, repuestos, servicios, etc.). Un desastre. Volvemos a insistir que no hay dimensión real del impacto de esta sequía. Y, como dijimos, agravado por las heladas en ciertas zonas del país. La producción de la campaña sigue con final abierto, y bajando.

Con una pérdida tan significativa de la producción, existe la preocupación acerca del cumplimiento de los compromisos asumidos (ventas anticipadas, canje por insumos, cumplimientos financieros, etc.). Sin lugar a dudas el productor y la cadena agroindustrial perderán una buena parte de la liquidez generada en campañas anteriores y que podía visualizarse en posicionamientos temprano de insumos, compra o renovación de maquinaria y disminución del apalancamiento financiero. La pregunta para lo que viene es: hasta donde es pérdida de excedentes y hasta dónde quebranto? La respuesta depende de la zona y el respectivo impacto de la sequía y las heladas. Es lógico suponer que aumentará en la campaña 2023/2024 la necesidad de crédito comercial y bancario para afrontar la campaña.