La conmovedora historia de Juan, el vendedor de turrones de la avenida Gauss

Tenía un camión y se le fundió. Sale a vender de manera ambulante para sostener a sus 13 hijos y cuidar a su esposa que tiene Mal de Parkinson. Cuando lo veas, comprale.

Juan Manuel, el vendedor ambulante de la avenida Gauss que tiene una gran historia de vida. (Facebook Creatividad a la Gorra)
Juan Manuel, el vendedor ambulante de la avenida Gauss que tiene una gran historia de vida. (Facebook Creatividad a la Gorra)

¡Turrón y corazón! Así le pusieron los chicos del proyecto solidario cordobés Creatividad a la Boina, a la historia de Juan Manuel, uno de los tantos vendedores ambulantes que la pelean a diario en las calles de la ciudad.

Este buen hombre era un camionero que con ese vehículo mantenía a su familia pero quiso la mala fortuna que el motor se fundiera y Juan se quedara sin su principal sostén económico.

A partir de allí, tuvo que salir a la calle a "pelear" el mango para poder llevar lo necesario a la mesa a sus 13 hijos que lo esperan a diario en su casa.

Pero no sólo eso, desde hace 11 años, a su esposa le diagnosticaron Mal de Parkinson por lo que requiere de cuidados especiales en la vivienda como parte del tratamiento médico.

Juan Manuel, el vendedor ambulante de la avenida Gauss que tiene una gran historia de vida. (Facebook Creatividad a la Gorra)
Juan Manuel, el vendedor ambulante de la avenida Gauss que tiene una gran historia de vida. (Facebook Creatividad a la Gorra)

Es por eso que Juan Manuel no tuvo tiempo de lamentarse por lo que le sucedió a su camión y puso manos a la obra para que su familia esté bien y su pareja tenga lo indispensable en materia de calidad de vida.

De acuerdo con lo que cuentan los chicos de A la Boina, que ya se encargaron de revelar muchas historias como esta y que también colaboraron para que los vendedores ambulantes tengan mejores elementos para desarrollar sus tareas, a Juan se lo puede encontrar todos los días en la avenida Gauss.

Entre la Recta Martinoli y la Rafael Núñez, trabaja de 8 a 11 y de 16 a 20.

La pausa al mediodía la hace para hacer las compras antes de volver a su hogar a cocinar para los chicos y su esposa que está en reposo.

Todo lo que recauda con la venta de turrones, lo destina a la compra de alimentos e intenta mantenerse al día con todos los impuestos ya que su mujer necesita estar en un ambiente confortable con calefacción y ciertos cuidados especiales por su enfermedad.

"Quien tenga ganas de comer algo dulce, de armar una merienda para sus hijos y de paso darle una mano al gran Juan Manuel, no dude en frenar y pedir una "Promoción de Turrón" para llevar", señalan los chicos de Creatividad a la Boina quienes piensan darle una sorpresa ya que están preparando para regalarle un uniforme y caja nueva para sus productos.

Si andás por la zona, comprale a Juan Manuel.