Caso Solange: sacerdote cordobés pide a las autoridades que "den la cara y pidan perdón"

Se viralizó un audio en el que el párroco arroja duras críticas por el manejo de la situación. "Renuncien. Tengan la altura cívica de renunciar. Delincuentes", sentenció.

Solange y su papá, Pablo Musse.
Solange y su papá, Pablo Musse.

El caso de Solange Musse, la joven que murió de cáncer y que se quedó sin ver a su papá a quien le prohibieron le ingreso a la provincia en un control sanitario, estremece al país. Ahora quien salió a expresarse fue un sacerdote cordobés que arrojó duras críticas a las autoridades provinciales.

Este domingo se viralizó el audio del padre Fabián Oliva, Rector de la Capilla Santísima Trinidad del ex Hospital de Niños y Capellán del Colegio Escuti. En el mismo, el párroco da su opinión respecto al caso y pide a las autoridades que "renuncien".

"No sé qué protocolo siguen, que los deshumaniza tanto. ¿Acaso un protocolo puede ser más grande que la humanidad, que la humanización de las relaciones, que el trato?", arranca el mensaje del sacerdote.

Y agrega: "Nadie habla de violar una ley, pero nunca la letra fría de una ley puede cubrir lo que son las necesidades y las expectativas del corazón humano, las necesidades concretas de la gente. El gran San Pablo ya lo ha dicho en sus cartas: la ley por la ley sola mata, lleva a la muerte. La ley tiene excepciones, la ley tiene circunstancias que hacen que un acto moral sea más grave o menos grave".

"Ayer fue Blas Correas, hoy es esta niña Solange, este padre desesperado, acompañado por patrulleros, haciendo el ridículo. Un padre que tuvo que manejar 40 horas hasta llegar a Neuquén sin poder parar a hacer sus necesidades básicas. Así de rudimentarios, así de... No sé qué calificativo usar", continúa.

Y enfatiza con dureza: "Nos denigran a todos cuando hacen esto. Que alguien se haga cargo, que el Gobernador hable y pida humildemente 'Perdón'. Dejen de fingir, déjennos de mentir. Alguna vez en la vida sean decentes y practiquen la doctrina social que invocan, que jamás la aprendieron".

"¿A dónde estaban las cabezas mientras sucedía esto? ¿Qué falta de comunicación hubo para permitir a este ciudadano, a un argentino, un compatriota, poder despedir a su hija? Qué vergüenza. Estas son las cosas que nos hacen retroceder siglos en la madurez como pueblo. Qué miserables, qué obtusos, que hablen, que den la cara, no nos callemos. Que pidan humildemente perdón y disculpas a una familia atropellada no solo por el virus, sino por el cáncer de su hija y la indescriptible actitud de las autoridades y los servidores públicos una vez más mancillados por la estupidez de una ley, por la ley que lo único que hizo fue matar la relación de un padre con su hija", indica.

Y concluye: "Dejen de usarnos como ratas, no somos ratas. Ustedes son servidores públicos y ustedes son nuestros empleados. Les pagamos y los sostenemos en el poder a través de los legítimos representantes. No la pierdan a la legitimidad, no la pierdan con estos hechos, con estos actos y sino váyanse si son ineptos, si no saben o no pueden o no quieren. Renuncien. Tengan la altura cívica de renunciar. Delincuentes. Ustedes son los delincuentes número uno. Los primeros que tendrían que ir presos por abandono de personas".