Bryan Reyna anotó por duplicado en Belgrano y le cambió la cara en el Gigante

Partido clave contra Central Córdoba, y su mejor hombre de ataque fue fundamental. El mano a mano que se perdió Pablo Chavarría.

Golazo del peruano Reyna para Belgrano. Busco el ángulo, palo y 2 a 1 contra Central Córdoba.
Golazo del peruano Reyna para Belgrano. Busco el ángulo, palo y 2 a 1 contra Central Córdoba. Foto: Nicolas Bravo

Perdía Belgrano y la noche se le complicaba en Alberdi, contra un Central Córdoba que es uno de los últimos en la tabla. Hasta que apareció Bryan Reyna y facturó doble en el segundo tiempo, para revertir la historia con el 2-1. Por la tercera fecha del Torneo de la Liga.

El extremo peruano ya era por lejos el mejor de la ofensiva en el primer tiempo, y en el segundo lo rubricó en la red con dos goles en 10 minutos. El primero a los 13 al conectar tras un deborde de Francisco González Metilli, quien ingresó con todas las luces y fue fundamental en la remontada.

Y el segundo, golazo a los 23, apareciendo por detrás de todos para capitalizar un centro desde la derecha de Juan Barinaga, y colocarla con calidad cerca del ángulo. Palo y adentro, para que Belgrano diera vuelta un partido muy chivo. Hombre de selección, ya que fue convocado para jugar la Copa América para Perú.

BELGRANO, CON UNO MENOS POR LA EXULSIÓN DE MORENO

Casi que no alcanzó a festejar Belgrano, porque en la jugada siguiente se fue expulsado Matías Moreno por doble amarilla. Furioso, el zaguero central no quería dejar el campo de juego, porque su equipo quedaba en inferioridad numérica medio tiempo. Algo que le viene ocurriendo al Celeste.

EL GOL QUE SE PERDIÓ PABLO CHAVARRÍA Y ERA EL TERCERO DE BELGRANO

Aún con 10 Belgrano no se resignó a atacar y forzó un par de situaciónes muy concretas, abortadas por el arquero Luis Ingolotti y por los palos. Como en el cabezazo del ingresado Mariano Troilo, que dio en el travesaño, y en el rebote el arquero logró despejar, a quemarropa.

Y a los 44 picó mano a mano Pablo Chavarría, quien mostró un despliegue y sacrificio para el aplauso, pero que no puede convertir. Ingolotti lo tapó cuando entraba en el área, y ahogó el grito de lo que era el tercero para el Pirata, y para asegurar la victoria.