El cordobés baleado en una verdulería dijo que el autor del disparo fue compañero del secundario

Felipe Lallana recibió un balazo en el cuello que casi acaba con su vida en barrio Matienzo. Reconoció a uno de los tres ladrones.

Robaron una verdulería en la ciudad de Córdoba y le dieron un disparo en el cuello cuando nunca presentó resistencia.
Robaron una verdulería en la ciudad de Córdoba y le dieron un disparo en el cuello cuando nunca presentó resistencia. Foto: El Doce

Felipe Lallana es el cordobés que recibió el pasado domingo un disparo en el cuello tras el violento asalto a una verdulería en el barrio Matienzo de la ciudad de Córdoba. Este jueves, habló y aseguró que el delincuente que lo hirió fue compañero suyo en el secundario.

La víctima había acompañado a su padre a comprar el 21 de mayo y mientras esperaba en su camioneta, sufrió un asalto a manos de tres delincuentes. Lo confundieron con el propietario de la verdulería y, bajo amenaza de muerte, lo llevaron dentro del comercio.

“Claro, el tipo creyó que yo era el dueño de la verdulería, como me vio entrar en la chata. Yo lo conozco porque crecimos juntos. Hemos ido a la secundaria juntos”, reveló en diálogo con Cadena 3.

Verdulería Carlitos, de barrio Matienzo de la ciudad de Córdoba, donde ocurrió el robo. (Ramiro Pereyra / La Voz)
Verdulería Carlitos, de barrio Matienzo de la ciudad de Córdoba, donde ocurrió el robo. (Ramiro Pereyra / La Voz) Foto: Ramiro Pereyra

Ya dentro del comercio, los delincuentes tiraron al vendedor de pan al suelo y le apoyaron una pistola, preguntando dónde estaba el dinero. Él es indicó la ubicación de la caja registradora y sin oponer resistencia, recibió el disparo que requirió de una operación en el Hospital de Urgencias.

“Estaba boca abajo con sangre a los costados”, recordó el hombre baleado en una verdulería de barrio Matienzo

Estaba boca abajo con sangre a los costados. Como si fuera una película de terror”, recordó el protagonista de esta espeluznante historia. Por fortuna, Lallana vive para poder contarlo y aseveró saber el nombre del violento.

Yo sé cómo se llama, no me calienta un pito decir el nombre. No tengo problemas. No le pude decir nada porque estaba de espaldas. Farías es su apellido. No me dejaba dar vuelta”, cerró con bronca el trabajador que se recupera lentamente en el nosocomio capitalino.