Un taxista cordobés fue condenado a ocho años de cárcel por robarle dinero a un jubilado de 91 años

La Justicia de Córdoba consideró como agravante la calidad de adulto mayor de la víctima.

El hombre le robó la jubilación a un pasajero de 91 años.
El hombre le robó la jubilación a un pasajero de 91 años. Foto: Ramiro Pereyra

Un taxista cordobés fue condenado a ocho años de prisión después de que se comprobara que le robó el dinero de la jubilación a un hombre de 91 años. El hecho ocurrió en 2021 y la víctima murió meses después del acto delictivo.

Fue la Sala I de la Cámara en lo Criminal y Correccional de Sexta Nominación quien condenó, en juicio abreviado, a Maximiliano Andrés Peralta como autor del delito de robo doblemente calificado por el resultado lesivo y el uso de arma impropia, en concurso ideal.

Robó y arrastró al jubilado para llevarse su dinero

Según la acusación, Peralta condujo a Adolfo Mario Romero desde la intersección de las calles 25 de Mayo y Rivadavia hasta barrio Maldonado. Antes de ingresar en la calle Cuba, detuvo la marcha del rodado y le indicó a su cliente que no podía continuar porque el camino era de tierra.

Cuando la víctima se dispuso a descender del vehículo, el chofer le arrebató una bolsa que contenía el dinero de su jubilación, un total de cincuenta y nueve mil pesos. Acto seguido, reanudó su marcha y provocó la caída de Adolfo, que rápidamente se sujetó del asiento trasero.

Lejos de detenerse, el taxista aceleró y arrastró al jubilado por unos metros. Mientras lo hacía y para deshacerse de él, tomó un palo de madera y le efectuó varios golpes en las manos hasta hacerlo caer al suelo. Todo ello le produjo lesiones que pusieron en peligro su vida.

La edad de la víctima: un agravante en el caso

En la sentencia, el camarista Enrique Buteler consideró como agravante la calidad de adulto mayor de la víctima y el aprovechamiento de esta situación por parte de la del autor del delito. En ese sentido, destacó la asimetría de fuerzas existentes entre el agresor, de 34 años de edad, y el agredido, de 91. También, “el carácter inicialmente engañoso y sorpresivo del ataque”.

Asimismo, agravó la pena ya que fue el propio chofer del taxi quien cometió el delito: “Se trata de un trabajo en un servicio público de pasajeros al que la población recurre para transportarse, no solo de manera más cómoda y veloz (que a pie o en colectivo), sino también, en forma más segura”.

En tanto, el jubilado murió tres meses después de estar internado por una sucesión de problemas de salud. En su momento, los médicos descartaron la relación de causalidad con el riesgo a la vida originado en las lesiones ocasionadas con el ataque.