En medio de la subida del dólar, un nuevo debate se abre en Argentina: qué puede pasar si se dolariza la economía

En medio de la carrera electoral, son varios los candidatos que plantean volver a un régimen basado en la moneda extranjera ante la escalada de precios y la falta de reservas del Banco Central.

La dolarización de la economía, ¿es posible?
La dolarización de la economía, ¿es posible?

La economía argentina tiene una particularidad que sorprende a todo el mundo: la locura por el dólar. La pérdida de fuerza que tuvo el peso en los últimos años, genera que en un año electoral se empiece a pensar en volver a idear formas para que la gente pueda volver a creer en la moneda.

En ese sentido, José Luis Espert anticipó el “Peso Libre”, una nueva moneda que buscaría reemplazar al peso para intentar equiparar los niveles del dólar. Javier Milei siempre se mostró a favor de una dolarización de la economía y “volando el Banco Central” como una de sus tantas promesas/amenazas que dice en plena campaña.

Javier Milei es uno de los candidatos que impulsan la dolarización en el país.
Javier Milei es uno de los candidatos que impulsan la dolarización en el país. Foto: gen

De acuerdo a diversas definiciones, la dolarización “es aquel proceso en el cual el dinero extranjero suple físicamente al doméstico. Este fenómeno es un caso particular de sustitución de la moneda local por el dólar estadounidense, así el dólar reemplaza en sus funciones a la moneda local”.

Esta situación está muy cerca en la Argentina en la actualidad, donde los bienes durables se piensan en dólares. Este ejemplo se puede ver en vivienda, autos o terrenos. Incluso, el campo vende sus productos al dólar oficial tanto para el mercado externo como para el interno, lo cual lleva a una pérdida a comparación del blue.

El fenómeno de bimonetarismo es algo que sucede cuando describe la utilización de una moneda diferente a la local (el dólar) para, al menos, alguna de las tres funciones del dinero. Se refiere a una “dolarización financiera” para describir su utilización a los fines de atesoramiento (ahorrar), cosa que ocurre actualmente en el país.

“Tener una economía bimonetaria limita la efectividad de la política fiscal, monetaria y cambiaria, restringe el desarrollo del mercado de capitales doméstico y genera una demanda de dólares adicional a la que se necesita para producir y consumir”, señaló en un informe Fundar.

Qué tiene que pasar para que Argentina dolarice su economía

En ese sentido, Argentina no sería el primer país en dolarizar su economía. Ya existen casos como Panamá, El Salvador y Ecuador en América Latina. Sin embargo, si habría que resolver dos cuestiones: canjear todos los pesos de la economía por dólares y alinear los flujos de ingresos y egresos del sector público.

Según Fundar, para cumplir con la primera parte, es necesario dividir toda la cantidad de pesos que hay en la economía por las reservas internacionales del Banco Central que para marzo estaban en 2.300 millones de dólares. “Si se quisiera reemplazar únicamente la base monetaria (5.242.210 millones de pesos), el tipo de cambio de conversión sería alrededor de 2280 pesos por dólar”, señaló.

“Sin embargo, los depósitos de la sociedad argentina tienen como contrapartida los pasivos remunerados del Banco Central. Entonces, si además de la base monetaria se quisiera convertir estos pasivos (11.017.136 millones de pesos), el tipo de cambio de conversión ascendería a aproximadamente 7070 pesos por dólar. En ambos casos, implica un fuerte ajuste y una pérdida considerable del poder adquisitivo”, agrega el informe.

La evolución de la deuda pública en moneda extranjera en Sudamérica.
La evolución de la deuda pública en moneda extranjera en Sudamérica. Foto: Fundar

“La segunda tarea consiste en alinear los ingresos y gastos del sector público. Al no poder imprimir su propia moneda, cuando el gasto público sea mayor a su ingreso, las opciones serán contraer deuda, aumentar los impuestos y reducir el gasto”, completó.

Para los que defienden este tipo de proceso, sostienen que el anuncio de dolarización generaría mayor confianza en los mercados, para generar la esperada “lluvia de inversiones”. Sin embargo, los ejemplos de Ecuador, El Salvador y Panamá muestran que igualmente puede haber una volatilidad económica y no elimina tanto la posibilidad de incurrir en situaciones de déficit fiscal como de endeudamiento insostenibles.

“Para una dolarización exitosa son necesarias algunas condiciones adicionales. Hace falta reducir el déficit fiscal y comercial a niveles financiables, acumular reservas internacionales, alinear precios relativos (tipo de cambio y tarifas) y hacer política de ingresos para frenar la inercia, ya que de mantenerse puede provocar una inflación residual en dólares que mine la competitividad. Estas condiciones no son diferentes a las requeridas para un programa de estabilización con moneda propia. En ese sentido, una vez alcanzadas estas condiciones, ¿por qué estabilizar renunciando a la moneda nacional cuando podría hacerse fortaleciéndola?”, completó el informe.