Lenguaje inclusivo de verdad: una heladería presentó un menú en alfabeto braille

Después de los carteles inclusivos de obra donde había un obrero y una obrera trabajando, otra buena idea prendió de la municipalidad: menús en alfabeto braille.

Keila Lezcano, con capacidades visuales reducidas confeccionó un menú de helados para no videntes
Keila Lezcano, con capacidades visuales reducidas confeccionó un menú de helados para no videntes

Hace un par de meses la Municipalidad de Formosa implementó en las calles, carteles de obra, donde se agregó a la figura de un obrero trabajando y la de una obrera trabajando. 

El gesto, si bien simbólico, motorizó los engranajes de las personas en su actividad cotidiana en el sentido de la igualdad de género. Evidentemente la creatividad no se detuvo en lo simbólico y otra idea genial volvió a tomar cuerpo.

Sistema de lectura y escritura táctil pensado para personas con discapacidad visual.
Sistema de lectura y escritura táctil pensado para personas con discapacidad visual.

En varias heladerías de la ciudad, una joven con discapacidad visual, colaboró con el municipio para confeccionar un menú de ofertas en código braille. Lo maravilloso del hecho fue la dedicación de Keila Lezcano para realizar el trabajo de manera que cualquier persona con discapacidad visual pudiera solicitar el helado a su gusto sin dificultades.

El municipio viene encarando de manera original y creativa, además de integral, la aplicación de políticas inclusivas, para que todas las personas, cualquiera sea su condición, tengan igualdad de oportunidades en el acceso a los espacios públicos y privados.

Inclusión del braille en Formosa.
Inclusión del braille en Formosa.

Por su parte, Noelia Rivarola de las heladerías que participaron comentó: "Es un placer para nuestra firma aportar a las políticas inclusivas de la ciudad porque es necesario que nos adaptemos a las necesidades de nuestros clientes. Ahora vamos a tener estas cartas en nuestras sucursales".

Keila Lezcano es una joven de 22 años que padece ceguera y desde muy pequeña comenzó a escribir en sistema braille. "Esta idea surgió en el taller de gastronomía, al que yo asistía, que realizó el municipio junto a UTHGRA. Comenzamos a pensar en colocar cartelería en braille para indicar baños, cocina y ascensores y un día fui a la heladería y pensé que estaría muy bueno que la carta estuviera en este sistema", relató.