Argentina recibió una denuncia de congresista estadounidense por la presunta fabricación de aviones militares chinos

“Están haciendo un pacto con el diablo”, aseguró la republicana María Elvira Salazar, tras responsabilizar a Cristina Kirchner y a Alberto Fernández de tener negocios con Xi Jinping.

Fotografía de archivo de la congresista María Elvira Salazar. EFE/Giorgio Viera
Fotografía de archivo de la congresista María Elvira Salazar. EFE/Giorgio Viera Foto: GIORGIO VIERA GIORGIO VIERA

La tarde de este primero de marzo la congresista republicana María Elvira Salazar denunció que el Gobierno argentino tiene la intención de fabricar aviones militares para China. Asimismo, aseveró que los vínculos entre Alberto Fernández y Xi Jinping, presidente de la República Popular China, son propiciados por la vicepresidenta Cristina Kirchner.

Durante el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, la legisladora señaló que la Casa Rosada “está haciendo un pacto con el diablo”. En el mismo orden de ideas aseguró que espera que los argentinos “se queden en el mundo libre”.

“Lo voy a decir en español para que quede muy bien claro a mis amigos argentinos. Su presidenta y su presidente están haciendo un pacto con el diablo que puede tener consecuencias de proporciones bíblicas”, fueron las palabras de la presidenta del Subcomité del Hemisferio Occidental.

El mundo libre y el mundo de esclavos

Tras esta declaración, Salazar aseveró que EE.UU “no se va a quedar con los brazos cruzados porque no se puede tener un aliado que fabrique y exporte aviones militares chinos, y que se los venda a los vecinos”. Incluso aseguró: “hay dos mundos: el mundo libre y el mundo de los esclavos”.

En el mismo orden de ida, tildó como “preocupante” que los miembros del Departamento de Estado no hayan “ni siquiera respondido a las preguntas más básicas sobre la penetración china en América Latina”. De hecho, a través de su página web denunció que Cristina Kirchner se encuentra “considerando abiertamente” la posibilidad de comprar aviones de combate chinos JF-17 y poder fabricarlos en la Argentina.

En el mismo sentido, aseguró que la Argentina le permitió al Partido Comunista “el control total de las operaciones de una estación espacial, que tiene un tamaño aproximado de 400 campos de fútbol y está situada en medio del desierto patagónico. Una estación que se encuentra emplazada en Neuquén y aprobó el Congreso en 2015.