Gimnasia ya estás a cuatro partidos de la gloria

Palacios Alvarenga (izquierda) y Cucchi festejan tras una de las conquistas del goleador Mensana.
Palacios Alvarenga (izquierda) y Cucchi festejan tras una de las conquistas del goleador Mensana.

La mayor victoria que consiguió Darío Alaniz con este equipo tal vez no sea la clasificación al Pentagonal final, abrochada ayer luego del gran triunfo 3-1 sobre Defensores de Belgrano, sino la capacidad para dotar al Lobo de herramientas que le permitan enfrentar situaciones desfavorables como las que tantas veces vivió a lo largo del torneo (ayer levantó por undécima vez un 0-1 en el comienzo mismo del partido).

Esa mimetización que vive el equipo y el DT es la mayor fuente de poder para lo que le queda al Lobo por delante. El plantel cree en la idea del técnico y la aplica más allá de resultados y momentos que pueden darse a lo largo del juego. Hacen de la paciencia su principal virtud para seguir apostando a lo trabajado en la semana y mal no les va.

Recién pasada la media hora del complemento, cuando la ventaja era 3-1, el DT decidió abandonar la idea ofensiva que tanto pregona y que el equipo abraza con fanatismo. Lograr que el equipo no se rompa a pesar de las situaciones desfavorables es un enorme acierto de Alaniz. Ahora, deberá coronarlo con el retorno a la B Nacional.