Con 73 años alcanzó la cumbre del Aconcagua

Jay Chippers viajo desde Estados Unidos a Mendoza para cumplir el sueño.

Jay Chippers, estadounidense de 73 años hizo cumbre en el Aconcagua
Jay Chippers, estadounidense de 73 años hizo cumbre en el Aconcagua

Jay Chippers, un estadounidense de 73 años, logró llegar a la cima del Aconcagua y en el proceso se hizo fanático del mate y el asado.

El neoyorquino es corredor inmobiliario pero además siempre fue deportista. Ha escalado otros cerros en el mundo y esta fue la segunda vez que piso Mendoza para hacer cumbre en el Coloso de América. En su visita no llegó a la cima porque iba con su hijo.

"Fue una experiencia fantástica. Yo trabajo en una oficina, no estoy en muy buen estado físico, tengo kilos de más y soy viejo. Igual decidí intentarlo y Pablo, el mejor de los 40 guías que he tenido a lo largo de mi vida, ayudó a que este viejito, gordito, de 73 años llegara a la cima", dijo Jay en diálogo con diario Los Andes.

Jay Chippers, con 73 años hizo cumbre en el Aconcagua.
Jay Chippers, con 73 años hizo cumbre en el Aconcagua.

"Lo increíble y emocionante de esta historia es que él (por Pablo Tapia, el guía que está a su lado) fue capaz de llevar a un viejo a la cima y también de que baje, que es muy duro lograrlo", agregó Tapia, además de guía de montaña, es profesor de Educación Física y un apasionado de su trabajo.

Explica que, para que una persona pueda subir el Aconcagua o un cerro de similar altura, deben darse tres factores: buen estado físico, estabilidad a nivel psicológico y condiciones climáticas propicias.

Para el caso de Jay, Pablo preparó un plan especial que fue ir paso a paso, o mejor dicho campamento a campamento. "Lo que planteamos con él en ese sentido fue: 'Hoy, hablamos del día siguiente. No de la cumbre'. Se realizaron los descansos necesarios; el periplo total duró 16 días y fue una expedición exclusiva para Jay", comentó el guía.

Si bien el clima y el plan con descansos y subida paulatina ayudó a que Jay pudiera cumplir su sueño, según Pablo su capacidad de adaptación colaboró muchísimo. Además Pablo contó que el neoyorquino se hizo fan del mate y disfrutó de comer asado con los arrieros.

"No soy genial en nada, simplemente hago de todo", concluyó el hombre que, con 73 años, llegó a la cumbre del cerro más alto de América, el 27 de enero pasado.