Alertan sobre la presencia de víboras en áreas urbanas de Mendoza

Hace unos días una niña fue atacada por una yarará en Las Heras. Advierten que no hay que matarlas y que son imposible de erradicar.

La yarará ñana es un animal autóctono de la fauna mendocina. Se alimenta de roedores y en busca de ellos ha avanzado sobre zonas habitadas del pedemonte. Gentileza
La yarará ñana es un animal autóctono de la fauna mendocina. Se alimenta de roedores y en busca de ellos ha avanzado sobre zonas habitadas del pedemonte. Gentileza Foto: Gentileza

La presencia de víboras, alacranes, roedores y otros animales de este tipo en las zonas urbanas de la Ciudad de Mendoza ha comenzado a preocupar a sus habitantes. Principalmente en barrios que limitan o tienen contacto con el pedemonte. Ante esta problemática la titular de la Fundación Cullunche, Jennifer Ibarra afirmó que “Con la falta de ordenamiento territorial que hay en esta provincia, no podemos pretender irnos a vivir al Challao o al pedemonte y no encontrarnos con estos animales y es imposible erradicarlos”.

En nuestra provincia dentro de nuestra fauna autóctona predominan las culebras y la yarará, el especímen local de esta última tiene un largo de poco más de un metro y posee colores terrosos.

Ibarra alertó que “Cuando uno se encuentra con estos animalitos, (en referencia a las víboras pero también a los alacranes) lo mejor es dejarlos seguir su camino, si estamos en la zona del Challao se va a dirigir monte adentro”.

“Las víboras se alimentan de roedores, por eso se acercan a los sitios donde más fácilmente pueden hallarlos, es decir en inmediaciones de las casas y es en ese momento donde las personas pueden tener el contacto cara a cara con el anfibio, que se puede sentir invadido o asustado y tornarse agresivo”, dijo la especialista

Ibarra recomendó no matarlos y se refirió al caso de una nena que fue mordida en Las Heras por una yarará: “En el caso de esta nena, el animalito ha estado ahí justo en ese momento. Tal vez ella pisó la punta de su cola o simplemente se asustó y la mordió”.

“Lo que tiene que quedar en claro es que ninguno de estos animales va a gastar en nosotros lo único que tiene para vivir, que es su veneno, que es para digerir sus presas. Ellos saben perfectamente que tamaño tenemos, que contextura y no van a gastar una mordedura en nosotros”, detalló la profesional.

Ibarra contó que “No es que buscan atacarnos, lo que buscan es defenderse de una situación que para ellos puede ser de riesgo o se asustan y muerden”.

Según la especialista, las víboras de la fauna local circulan hasta media mañana, no después porque hace mucho calor y les esquivan a las altas temperaturas, ya que esta les dañan su salud por lo que aguardan hasta horas del atardecer o a la noche para salir a cazar y desplazarse.

Donde atenderse

Si una persona es mordida por una víbora no se debe succionar la zona afectada ni realizar torniquetes ni producirse una quemadura en el área de piel en cuestión. Lo que debe hacer es lavar esa zona con mucho jabón y agua.

En el caso de que la víctima sea una persona mayor a los 14 años, debe dirigirse para ser tratada por profesionales y con suero antiofídico al Hospital Lencinas. Para menores de esa edad, el hospital de referencia es el Humberto Notti.

En Valle de Uco, es el Hospital Scaravelli de Tunuyán, en la zona centro de la provincia, el Perrupato y en sur mendocino, el Enfermeros Argentinos, Schestakow y el regional de Malargüe. Fuente El Ciudadano