Emprendedores de las zonas turísticas de montaña sufren a causa de la falta de agua

Cada día se complica más la situación de los propietarios de cabañas de Alta Montaña, causa de la gran falta de agua debido a las tormentas de la semana pasada. Crecen los reclamos y piden una solución urgente.

El turismo en alta montaña está llegando a tener una ocupación del 95% y 100%, pero temen que las reservas decaigan a raíz de la falta de agua.
El turismo en alta montaña está llegando a tener una ocupación del 95% y 100%, pero temen que las reservas decaigan a raíz de la falta de agua. Foto: Mariana Villa

Mendoza está en una de las mejores épocas para el turismo, ya que cientos de argentinos se acercan a nuestra provincia para disfrutar del paisaje, clima, flora y fauna que regala la montaña. Sin embargo, emprendedores de las zonas turísticas de montaña sufren la gran amenaza de perdida de reservas a causa de la falta de agua.

Una de las principales cuestiones que originó este gran problema se debe las tormentas de la semana pasada en alta montaña, además de un sistema de recolección y distribución de agua en las zonas que se abastecen con el caudal de los arroyos Las Mulas y Los Morteritos, desactualizado.

Luego de los días de alud que taparon las piletas de reserva de los pobladores de Las Vegas, Los Zorzales, Piedras Blancas y Valle del Sol, la falta de agua se hizo notar y con eso llegaron los reclamos.

La zona de montaña depende del turismo, que depende del agua

Pero la realidad es que en estas zonas, los propietarios dependen totalmente del turismo para subsistir. En un tiempo crítico pospandemia, donde el auge de las vacaciones de verano traerían un alivio a estas familias, la situación con el agua complicó todo aún más.

Numerosos complejos no cuentan con reservas propias, piletas o cisternas, por lo que los propietarios no han tenido otra opción que tener que decirles a sus huéspedes que debido a la falta de agua deben buscar otro sitio.

En los mejores de los casos, los dueños han tenido la posibilidad de acudir a sus pequeñas reservas previas en las piletas de uso recreativo y conectarles una bomba para abastecer las instalaciones. No obstante, significa que la pileta no podrá ser utilizada de otra manera.

De acuerdo a los prestadores de la zona, esta situación desprestigia el turismo de alta montaña, teniendo que en algunos casos cancelar reservas, cambiarlas de fecha o aceptarlas con la condición de pedirle a sus huéspedes que compren su propia agua potable y que “se duchen en menos de 5 minutos”.

Entre las otras quejas se encuentra también el alto costo de las boletas, que llegan a rozar - y hasta aveces pasar - los 4 mil pesos. A eso se suma el dinero que gastan para instalar bombas y extender caños, entre otros recursos para hacer frente a la distribución interna del agua en el interior de los complejos.

Lo que piden los propietarios a gritos sería una inversión mayor en materia de obras. No será algo sencillo de lograr, ya que antes de iniciar cualquier actualización de los sistemas de potabilización será necesario realizar un informe que analice el impacto ambiental y las consecuencias que podría tener para el resto de la provincia el hecho de resguardar agua potable en alta montaña.