Los pedidos de los docentes en su primer día de presencialidad

Las escuelas mendocinas volvieron a recibir a maestros y profesores. Vía Mendoza hizo un relevamiento y armó una lista de algunos puntos que los trabajadores consideran importantes resolver antes del 1 de marzo.

Docentes puntean lo que se debe tener en cuenta para el regreso a la presencialidad. (Ignacio Blanco / Los Andes)
Docentes puntean lo que se debe tener en cuenta para el regreso a la presencialidad. (Ignacio Blanco / Los Andes) Foto: Ignacio Blanco

Tal como estaba previsto, los docentes de nivel inicial, primaria y secundaria de Mendoza arrancaron el ciclo lectivo 2021. La mayoría de los 52 mil trabajadores de la educación volvieron a poblar las escuelas; no obstante, un 11% aproximadamente (que incluye también a celadores) debieron retomar el modo virtual que caracterizó el año pasado.

De acuerdo a la información de la oficina de Recursos Humanos de la Dirección General de Escuelas quienes están exceptuados de la presencialidad son: los mayores de 60 años; las embarazadas; quienes padecen enfermedades respiratorias, enfermedades cardíacas, diabetes, insuficiencia renal, inmunodeficiencias, obesidad o desnutrición grave. También deben continuar en la virtualidad quienes están sometidos a tratamiento de diálisis, quienes consumen medicación con corticoides, los pacientes trasplantados y los oncológicos, y quienes tienen alguna discapacidad.

De todos modos, unos y otros hasta el miércoles 10, que se suman los alumnos que en 2020 tuvieron las denominadas “trayectorias débiles”, tienen la consigna de bocetar cómo se garantizará la presencialidad en los establecimientos educativos. Aún no pueden planificar demasiado ya que el 12 de febrero es cuando se analizará a nivel nacional en el Consejo Federal de Educación el protocolo de regreso a las aulas.

Lista de pedidos

En tanto, algunos docentes -que diferentes funciones, en distintas escuelas y niveles- consultados por Vía Mendoza se animaron a armar una lista con los puntos fundamentales para el retorno a la presencialidad a partir del 1 de marzo cuando está previsto que inicie el dictado de clases.

  • Alumnos. Saber cuántos de cuántos de los alumnos inscriptos asistirán, ya que es posible que no todos quieran o puedan.
  • Trabajadores de la educación. Ver con qué personal se cuenta que no se encuentran dentro de los grupos de riesgo.
  • Prevención. Estar todos vacunados
  • Infraestructura. Verificar que la institución tenga el edificio escolar en condiciones para recibir al alumnado. Las aulas deben tener una correcta ventilación y los baños deberían contar con agua potable en forma permanente
  • Conectividad y recursos tecnológicos. Garantizar la conectividad tanto de los docentes, como de las escuelas y los alumnos. ¿Cómo se podrá imponer la bimodalidad en hogares donde hay varios hermanos y un solo celular que sólo cuenta con datos?
  • Limpieza y protocolo. Contar con los fondos provistos por el Gobierno acorde a los precios actuales para los recursos. Tener los elementos de control y desinfección para el ingreso de docentes y alumnos. Velar por una higiene más exhaustiva. Contar con elementos de higiene en cada aula. Armar un detallado plan de desinfección luego de cada clase y de los recreos.
  • Transporte público. Garantizar frecuencias para evitar el hacinamiento. “De nada sirve que estemos cuidando la higiene en la escuela, si cuando docentes y alumnos suben al colectivo no hay distanciamiento ni tampoco se cumpla el uso de barbijos”, advierten los docentes.
  • Alimentación. Preveer merienda y comedor. Para docentes de escuelas rurales y urbano-marginales es “gravísimo” no contar con este servicio asistencial.
  • Flexibilidad familiar. ¿Qué pasará con las familias que tienen más de un hijo en diferentes cursos? ¿Les coincidirán los días de presencialidad o los horarios? ¿Cómo harán los padres con sus trabajos para llevar o buscar a sus hijos? ¿Con quiénes se quedarán los niños cuando les corresponda el día virtual?
  • Contenidos. Definir qué cantidad saberes o contenidos se darán en el año, ya que si cada grupo se dividirá en dos se podría desarrollar la mitad de un programa habitual.
  • Casos. Tener claro cómo se debe actuar cuando aparezcan síntomas en una persona de la burbuja, ¿quiénes se aislan?
  • Responsabilidad social. Propiciar el cuidado mutuo a partir de lo que le toca a cada uno de los miembros de la comunidad educativa.
  1. Que los celadores tengan la capacitación suficiente en el uso de los productos como alcohol en gel, alcohol al 70%, lavandina y cloro (forma de disolución de acuerdo a las etiquetas, lugares donde se puede usar uno u otro) como así también los elementos de higiene personal, guantes, barbijos, máscaras, manipulación de alimentos y objetos, etc.
  2. Que los docentes mantengan las aulas ventiladas, garanticen el distanciamiento social y el uso de barbijo en forma permanente, concienticen a las familias sobre el cuidado propio y del par que tenemos al lado.
  3. Que los padres asuman la responsabilidad en la salud de sus hijos haciendo los controles obligatorios, desinfecten los elementos escolares en forma diaria, se comprometan a no enviar a los niños con algún síntoma y de buscarlo en forma inmediata en caso de que presente un síntoma en la escuela.
  4. Que los alumnos respeten su cuerpo y el del compañero usando solo sus elementos de higiene, teniendo colocado el tapaboca en todo momento y manteniendo una distancia con respecto al compañero.
  5. Que los directivos garanticen un funcionamiento acorde a los protocolos de acuerdo a la realidad de cada escuela, protegiendo a los docentes, celadores y alumnos que se encuentran en ella.
  6. Que el Gobierno o el ente que corresponda esté presente en la provisión de todos los materiales necesarios, termómetros, alcohol, jabón, toallas desechables, lavandina, cloro, detergente, lugar de aislamiento, personal acorde a la cantidad de estudiantes; informe y seguimiento de la cantidad de caso, desinfección en casos positivos, aislamiento sin descuentos, testeos periódicos.