Perro de “Oro”: ayudó a su dueño a salir de un ACV y subió cuatro veces el Aconcagua

Oro fue el perro más reconocido entre los andinistas y junto a su compañero, Nacho Lucero, hicieron cumbre en varias oportunidades.

La historia de Oro es verdaderamente conmovedora. El perro apareció en el momento indicado para Nacho Lucero, quien se estaba recuperando tras sufrir un infarto que derivó en un ACV y la presencia de este perro le cambió la vida.

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En octubre de 2011, Nacho Lucero, guía de montaña, se encontraba subiendo la conocida “montaña del espíritu” en el Himalaya, cuando sintió unas puntadas en su pecho y decidió bajar para recibir ayuda médica.

Tres días más tarde, fue trasladado a un hospital donde le dijeron que se trataba de un infarto que derivó en un ACV y tuvo que permanecer varias semanas internado.

En su vuelta a Mendoza, el joven de 38 años, no solo no recordaba nada, sino que tenía muchas dificultades para caminar y para hacerse entender.

Perro de “Oro”

Una tarde, en medio de su recuperación, Nacho notó que en la puerta de su casa había un perro, con un pelaje dorado y que sorpresivamente se quedó durante varios días.

El guía de montaña, se enamoró inmediatamente y lo adoptó. Lo nombró Oro y comenzó su proceso de rehabilitación con él. Juntos comenzaron a escalar miles de cerros, para entrenarse y volver a las altas montañas de las que Lucero estaba acostumbrado antes de su accidente.

Oro, rápidamente aprendió todo lo necesario, era un perro de montaña, lo llevaba en la sangre, a tal punto que con solo apoyar su patita en el botiquín ya le advertía a su dueño que era la hora de tomar su medicación.

“Más que enseñarle yo al perro, fue él quien me enseñó a mi”, comentó Nacho.

Aconcagua

Después de varios años de recuperación, en 2014 Nacho decide volver al ruedo y seguir con su trabajo de guía de montaña.

Oro fue nombrado como perro de asistencia y juntos comenzaron a prepararse para subir el Aconcagua. Fue en Chile donde consiguieron todo el equipamiento para ambos y comenzaron a planear su nueva aventura.

El perro llegó a ser muy popular en el campamento base del Aconcagua, todos lo reconocían porque su fama había trascendido fronteras debido a las cientos de publicaciones de montañismo en el mundo.

En 2016, por primera vez, Nacho y Oro hicieron su primera cumbre en el Aconcagua en calidad de guía y perro de asistencia.

Juntos subieron miles de montañas, hasta que en 2017 Lucero pidió la jubilación del perro durante la Primera Jornada de Derecho Animal de Mendoza.

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Lamentablemente Oro, falleció en noviembre del 2020, el perro más montañés de Mendoza y que amaban miles de andinistas de todo el mundo. Decidieron enterrar sus restos en el Cementerio del Andinista para brindarle homenaje.