El Gobierno nacional tomó la bandera de la lucha contra el delito en Rosario pero el uso del Ejército generó críticas

El jefe de Gabinete, Agustín Rossi, aclaró que las FF.AA. no portarán armas y se limitarán a tareas de urbanización. Sin embargo, hubo cuestionamientos de organismos y referentes de Derechos Humanos. Ayer, se reforzó la seguridad con 400 efectivos de las fuerzas federales.

El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, en Rosario.
El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, en Rosario. Foto: Juan José Casas

Obligado por la conmoción que generó el ataque mafioso contra el entorno familiar de Lionel Messi, el Gobierno nacional tomó la bandera de la lucha contra la ola de delitos y el narcotráfico que mantienen en vilo a la ciudad santafesina de Rosario.

Aníbal Fernández, en un acto en Rosario.
Aníbal Fernández, en un acto en Rosario. Foto: Juan José Casas

Encontró en esa cruzada un motivo para ganar visibilidad frente a la desdibujada campaña electoral del Frente de Todos (FDT), que aún no supera sus luchas internas y sigue sin proponer un camino claro para resolver el gran drama de la inflación.

El plan que el presidente Alberto Fernández anunció para actuar contra la inseguridad en Rosario se puso en marcha el miércoles con el traslado de 400 efectivos de las fuerzas federales (300 de la Gendarmería Nacional y 100 de la Policía Federal) que se sumarán a los 1.000 ya presentes en esa zona.

El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, encabezó un acto con el gobernador local, el peronista Omar Perotti, y el intendente Pablo Javkin. El funcionario nacional trató de superar los contrapuntos que mantuvo recientemente con Perotti y con Javkin y se limitó a mostrarse comprometido con los desafíos conjuntos.

“Es imperioso que nos metamos en cada lugar y que lleguemos hasta el hueso. Es una situación indeseable”, dijo Aníbal Fernández en su discurso, para luego tratar de quitarle presión al mandatario provincial y al jefe comunal al afirmar que ellos “han heredado” esta situación. “Hemos venido a trabajar sin destajo y sin ningún tipo de cortapisa para llegar al fondo de la cuestión”, subrayó el ministro.

Javkin, el dirigente del Frente Progresista Cívico y Social que acumula elogios de los principales referentes de la coalición opositora Juntos por el Cambio (JPC), se encargó el miércoles de volver a advertir que “si esto no lo tomamos en serio como un desafío de país, más allá de la situación de Rosario, no lo vamos a poder encarar bien”.

“Nosotros somos parte de la Argentina, son federales las fuerzas. No es una concesión que le asignan a la ciudad. Somos parte de la Argentina y son fuerzas federales, tienen que estar en la frontera y tiene que estar en los puertos importantes y en los nodos logísticos de recepción terrestre”, planteó el intendente en declaraciones radiales.

El jefe de gabinete nacional, el también santafesino Agustín Rossi, aseguró que las fuerzas federales permanecerán en Rosario “el tiempo que sea necesario”. Además, buscó calmar los ánimos en torno a otra de las medidas que anunció el Presidente y que tiene que ver con el envío de tropas del Ejército para realizar tareas complementarias vinculadas con la urbanización de barrios populares.

“Van a estar desarmados”, aclaró Rossi durante una entrevista en Radio 2.

Agustín Rossi, hizo referencia a que las fuerzas de seguridad permanecerán en Rosario "el tiempo que sea necesario".
Agustín Rossi, hizo referencia a que las fuerzas de seguridad permanecerán en Rosario "el tiempo que sea necesario".

Las tareas que se le asignen a los integrantes de la Dirección de Ingenieros del Ejército se resolverán en las próximas horas, tras las deliberaciones entre Perotti y Javkin. Sin embargo, la utilización de las FF.AA. ya recibió cuestionamientos y volvió a separar las aguas en la dirigencia política, sobre todo, entre los aspirantes presidenciales del PRO Patricia Bullrich (a favor de usar el Ejército) y Horacio Rodríguez Larreta (quien optó por ampliar la presencia de la Gendarmería).

Entre las críticas sobresalió la del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), organización con más de 40 años de lucha en defensa de los derechos humanos, donde alertaron que la decisión del presidente Fernández representa un “hecho grave, que muestra el fracaso político para resolver con seriedad la violencia urbana y la limitación a un abordaje punitivista del problema”.

César Milani, jefe del Ejército durante el Gobierno de Cristina Kirchner, cuestionó la medida pero por sus limitantes. “No están los medios técnicos ni las máquinas de gran rendimiento para hacer esas tareas, que implican abrir calles, colocar luminaria”, se quejó.

El tema de las FF.AA. también incomodó a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. Temprano, a la referente de los derechos humanos le preguntaron durante una entrevista radial sobre la participación del Ejército en la lucha contra el narcotráfico y contestó: “Bueno, si no lo hacen las Fuerzas Armadas, ¿quiénes lo van a hacer?”.

Sin embargo, Carlotto más tarde aclaró su posición. “Me equivoqué terrible, estoy cansada y vieja, pero el Ejército no tiene que estar, las Fuerzas Armadas están para otra cosa, no puede estar los que en otra época mataron a nuestros hijos y, que si bien ahora, son otros, tienen que estar en otras cosas, no en la calle: para eso está otra fuerza que es la policía”, diferenció.

“Las FFAA tienen que estar en otro lugar y no en donde hay tanto riesgo y muerte. No es que no estén aceptadas en ese sentido, pero allí deben haber fuerzas menores”, completó.