Don Aldo, el relojero artesanal que resiste al paso del tiempo

Con 87 años todavía atiende en su taller del barrio Palomar de Posadas. Asegura que ya reparó más de 38 mil relojes.

Don Aldo, arregló más de 38 mil relojes y sigue trabajando en su taller
Don Aldo, arregló más de 38 mil relojes y sigue trabajando en su taller

Aldo Caballero llegó a reparar más de 38.000 relojes a lo largo de su trayectoria. Con 87 años de edad continúa atendiendo su pequeño taller y local de ventas ubicado sobre calle Rebollo casi España del barrio que lo vio crecer, El Palomar.

Recordando un Palomar de casas de madera, calles de tierra y vecinos a caballo, Aldo se fue adentrando a la entrevista con Misiones Online: "Nací en Posadas el 17 de noviembre de 1931. Me crié en El Palomar cuando tenía calles de tierra. En inmediaciones a la avenida Trincheras de San José había un campo, un potrero con vacas y caballos. Nosotros nos entreteníamos jugando al fútbol por todos lados, podíamos correr, remontar pandorgas… hacíamos lo que queríamos en el campo», relató aludiendo a una Posadas muy distinta a la que conocemos hoy en cuanto a distribuciones geográficas y el uso del tiempo, algo que cambió considerablemente con el desarrollo de la ciudad y el irrefrenable avance de la tecnología.

«Antes estaban muy de moda los relojes de bolsillo con cadena», recordó Caballero como una de las piezas de excelencia que no podía faltar en el traje y en los chalecos de los hombres. «Hoy ya no se ven más y casi todos los relojes funcionan con un sistema digital».

Cuando Aldo Caballero comenzó a despertar interés por la relojería, tenía apenas 13 años. Hoy con 87 años de edad y 62 años de casado continúa trabajando en su relojería, oficio que lo mantuvo económicamente a lo largo de su vida y no precisó abocarse a otra actividad.

«En ese momento no había relojeros en Posadas. Mi padre trabajaba como contador. Yo aprendí este oficio realizando la limpieza de los despertadores, relojes grandes y los famosos relojes de bolsillo. Después pasamos a los relojes pulsera, a los que pasadas las 24 horas había que darle cuerda. Había mucho trabajo, trabajo mecánico, realmente no es como ahora donde lo que más se hace es cambiar las pilas y casi todos los relojes son electrónicos».

En ese entonces, el oficio de la relojería se aprendía junto a quienes conocían de estos mecanismos por una incansable curiosidad, como en el caso de Aldo, quien tuvo de mentor a Francisco Oleksow.

Aldo Caballero trabajó en otras relojerías hasta que abrió la propia sobre calle Rebollo casi España. Allí tuvo un aprendiz: Gervasio Cristaldo.

Pasado un tiempo, Gervasio se mudó a Estados Unidos y abandonó el oficio. Actualmente, se dictan cursos de relojería en la ciudad de Córdoba y en Buenos Aires existe la Academia Argentina de Relojería, pero sin embargo, son escasas las personas que se dedican a este oficio en Posadas.

«Creo que es un oficio que debería ser retomado por los jóvenes. Pero hoy en día buscan ganar dinero de entrada, no quieren aprender el oficio. Antes habían muchos aprendices en los talleres mecánicos, en las carpinterías, en las relojerías… Yo de entrada no tuve ningún sueldo, después de tres meses me dieron un pequeño sueldito. Además, osadamente me sentaba a la mesa porque había mucho trabajo de joyería».

Efeméride Cada 3 de noviembre se conmemora el Día Internacional del Joyero y Relojero. La instauración de esta fecha re remonta al nacimiento del joyero, orfebre y escritor italiano Benvenuto Cellini en el año 1.500.