Crimen de Vicente López: “Mis padres están muertos en el garage”, el llamado de Martín Del Río al 911

Mientras el hijo menor de la pareja asesinada se encuentra detenido en la DDI de San Isidro, la Justicia analiza una grabación clave.

Se complica la situación de Martín Santiago Del Río. (Télam)
Se complica la situación de Martín Santiago Del Río. (Télam)

La situación del único implicado en el asesinato de la pareja de Vicente López se complica aún más. Es que la Justicia analiza una grabación clave: el llamado al 911 que realizó Martín Del Río luego de que la empleada doméstica le comunicara que sus padres estaban muertos.

Martín del Río fue detenido cuando llegaba a su casa de Nordelta. Foto: Web
Martín del Río fue detenido cuando llegaba a su casa de Nordelta. Foto: Web

Infobae pudo acceder al audio de la conversación que el presunto parricida tuvo con el operador, la cual duró unos 45 segundos.

Operador (O): 911 emergencias.

Martín Del Río (MDR): Sí ¿cómo estás? Mirá… La mucama de mis padres me está diciendo que hay un problema en la casa de ellos. Que mis padres están muertos en el garage, dice. Recién me acaba de llamar.

O: Bien, ¿en qué localidad es?

MDR: Es Vicente López.

O: ¿La calle?

MDR: Carlos Francisco Melo…

O: Sí.

MDR: 1101

O: ¿Entre qué calles?

MDR: Es esquina Gaspar Campos.

O: Bien, ¿le dijo algo más? ¿Signos de violencia? ¿Algo por el estilo?

MDR: Nada más. Me dijo eso: “¡Apurate, apurate, apurate!”. Me dijo eso. ¿Eh?

O: Bueno… ¿Su nombre señor?

MDR: Martín Santiago Del Río.

O: Corto y ya lo transmito Martín.

MDR: Mu… muchas gracias.

O: Por nada hasta luego.

Qué dijo el hermano de Martín Del Río

Luego de conocerse las imágenes en la que se ve a un sujeto en filmaciones de la zona del lugar del crimen, Diego Del Río dijo que se trató de su hermano.

“Diego estaba shockeado, pero afirmó en esa testimonial que le daba toda la sensación de que el hombre de los videos era su hermano por su forma de caminar”, confirmó su abogado Félix Linfante.

El testimonio complicó aún más la situación del presunto parricida, a quien consideró como “un chamuyero”, que vivía “endeudado”, y que a él y a a su esposa les pidió prestado un dinero en dólares que nunca les terminó de devolver.