El momento más duro de una familia: murió uno de sus hijos en un accidente y temen que, por ello, les quiten a otro

Santiago falleció hace una semana a los 6 años en un accidente doméstico. Sus padres, Elena y Pablo, juntan firmas para evitar que la Justicia se lleve a José, un niño que tienen en custodia y quieren adoptar.

Elena Moreno Vivot y Pablo Lanús junto a un retrato de Santiago. Foto: Rodrigo Nespolo / La Nación.
Elena Moreno Vivot y Pablo Lanús junto a un retrato de Santiago. Foto: Rodrigo Nespolo / La Nación.

Pablo Lanús y Elena Moreno Vivot son un matrimonio de General Madariaga, provincia de Buenos Aires, que alberga a niños sin hogar. Tras tomar la decisión en 2019, la familia vive felizmente con José, uno de los pequeños que busca ser adoptado. Sin embargo, su martirio comenzó el 7 de enero, cuando su hijo más chico, Santi, falleció luego de que le cayera una rama en la cabeza. Ahora, su temor es que les arrebaten al pequeño que cuidan desde los 4 meses de vida.

Elena y Pablo junto a sus hijos: Marcos, Alfonso, Catalina, Mateo y Santiago. Foto: elena.morenovivot / Facebook.
Elena y Pablo junto a sus hijos: Marcos, Alfonso, Catalina, Mateo y Santiago. Foto: elena.morenovivot / Facebook.

Fue en el año 2019 cuando la pareja tomó la abnegada decisión de convertirse en una familia de tránsito. En ese entonces, ellos ya contaban con 5 hijos producto de su matrimonio, Marcos, Alfonso, Catalina, Mateo y Santiago.

Siempre trabajamos los dos. Yo medio tiempo, porque me dedicaba mucho a mis hijos. Pero era un tema muy hablado entre nosotros. En 2018 fue un buen año en el trabajo de Pablo, que tiene una empresa que alquila vajilla, y eso me permitió dejar de trabajar. Entonces dijimos ‘animémonos’”, recordó Elena Moreno.

A su vez, Pablo, en diálogo con la Nación, agregó: “Teníamos muchos miedos. Sobre todo nos preguntábamos cómo le iba a afectar nuestra decisión a nuestro hijo menor, Santi, que tenía 3 años. Un día nos pusimos en contacto con un hogar para chicos de San Isidro. De ahí nos derivaron a una oficina del Servicio Zonal y finalmente fuimos inscriptos en el programa Familias Solidarias. Terminamos los trámites en mayo de 2019″

Luego de dos meses, recibieron un llamado en el que les comentaron que había un bebé de 4 meses que esperaba ser adoptado. Si bien desde la Justicia les aseguraron que este proceso demoraría entre 180 días y un año, la familia ha albergado a José por casi 4 años.

“La ley dice que el límite son 180 días, pero nunca se cumple. Es imposible resolver la causa de un chico y encontrarle una familia en seis meses. El promedio es de un año. Eso fue lo que nos dijeron, pero pasó mucho más”, explicó Elena. En adición, los Lanús-Moreno Vivot debieron darle un cuidado especial al menor, ya que tiene un retraso madurativo.

“Al principio tratamos de impedir que nos llame ‘papá’ y ‘mamá’. El primer año pensamos que en cualquier momento sonaría el teléfono y nos dirían ‘tenemos una familia para José’. Pero nadie nos llamó. Así pasaron los meses”, comentó la mujer.

Luego de compartir varios años con José, la familia comenzó a considerar que, tras compartir tanto tiempo con ellos, al menor le costaría adaptarse nuevamente a otra familia. Además, les preocupaba el proceso de una desvinculación, por ello se plantearon la idea de adoptarlo. Sin embargo, la respuesta judicial no sería favorable.

“La asesora de menores, Cinthya Sánchez, se opuso desde un principio a que lo adoptemos. Ella nunca nos conoció, jamás pisó nuestra casa. No sabe cómo vive José, dónde duerme, cuál es el trato que tiene con mis otros hijos, a quienes trata y quiere como hermanos. Ella se atiene al libreto que dice ‘no se puede’, y jamás consideró todas las particularidades del caso. ¡Tres años y medio estuvo José con nosotros!”, aseguró Elena.

A esto, se sumó otra complicación al caso, debido a que la jueza que interviene cambió y, quien asumió en su lugar, resolvió que el matrimonio debería entregar a José dentro de 24 horas a un servicio zonal. Allí, les aseguraron que le encontrarían una nueva familia.

Ante el temor de que el menor no pueda afrontar esta desvinculación, Pablo subrayó: “La Justicia está obligada a escuchar a José, tiene las herramientas para comprenderlo, pueden interpretar la voluntad y el deseo de José. Ya no importan los errores de la Justicia o los nuestros como familia en tránsito primerizos: el bien superior en la Justicia de familia es el niño”.

La tragedia de Santi

En medio de su lucha por la tenencia de José, los Lanús-Moreno Vivot sufrieron una terrible tragedia.

Santiago, el hijo menor del matrimonio, disfrutaba de un almuerzo con su familia cuando una gran rama le cayó en la cabeza y ocasionó que muriera en el acto. El hecho ocurrió el 7 de enero en un campo de General Madariaga, un lugar en el que el matrimonio compartía muchas reuniones y comidas con sus familiares.

“Estábamos almorzando, con la familia grande, éramos seis matrimonios con sus hijos. Como siempre, nos sentamos bajo un eucaliptus, toda la vida comimos ahí. De repente sentimos el ruido de una rama que se rompe. Grito: ‘¡Corran! ¡Corran!’. Fueron décimas de segundos. Salí para un lado, Santi corrió para otro lado… y la rama le cayó justo sobre la cabeza. José estaba a su lado, como siempre. Yo atino a levantar la cara de Santi, estaba sangrando por todos lados”, recordó Pablo en una entrevista con La Nación.

Santi, el hijo más chico del matrimonio falleció luego de que una rama lo golpeara en la cabeza. Foto: nanoledesma / Facebook
Santi, el hijo más chico del matrimonio falleció luego de que una rama lo golpeara en la cabeza. Foto: nanoledesma / Facebook

Según lo informado, el cuñado de Pablo habría sido quien corrió al hospital con el niño de 6 años, ya que sus familiares se encontraban en estado de shock. Sin embargo, al llegar, el pequeño ya se encontraba sin vida por la fuerza del impacto.

Aún sin sanar esta herida, los Lanús-Moreno Vivot temen que la Justicia les quite a José, quien era muy cercano a Santi. “Tenemos miedo de que la Justicia nos arrebate otro hijo. Con todo el dolor adentro, vamos a dar esta batalla. Santi nos acompaña desde arriba, porque quería a su hermano menor más que nadie”, aseguraron.

Por ello, comenzaron a juntar firmas a través de una petición en change.org para que les concedan la adopción de José. La misma, se llama “Firmá para que ‘José’ se quede con Pablo y Ele” y puede firmarse ingresando a este link.

La misión es juntar 150 mil firmas y ya han conseguido más de 123 mil.