La rosarina Leda celebró un encuentro de "sanación" ante una multitud en Santos Lugares

Hace días que multitudes de fieles de la localidad bonaerense de Santos Lugares y alrededores formaron fila con un único propósito: encontrarse con la rosarina Leda Bergonzi en una misa de sanación y, si la providencia les sonríe, lograr una cura milagrosas por medio de su imposición de manos.

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El día finalmente llegó este sábado, cuando la mujer a la que se le atribuyen poderes sanadores arribó a la localidad para participar de un encuentro en la Basílica Nuestra Señora de Luján en Santos Lugares. Se estima que cientos de fieles se congregaron para verla y recibir su bendición, a pesar de las inclemencias del frío.

La jornada comenzó al mediodía, cuando se abrieron las puertas del lugar para dar inicio a la celebración religiosa y, pasadas las 14 horas, Leda se subió al altar y comenzó a cantar algunas de las canciones que componen su repertorio religioso. Posteriormente, bajó y se unió a los asistentes para dar inicio a la “sanación por imposición de manos”.

Testimonios anteriores dan cuenta de supuestas curas milagrosas a afecciones físicas y espirituales tras haber recibido la bendición en las manos de Leda, lo que generó amplias expectativas en una jornada colmada de fieles y ánimo religioso.

¿QUIÉN ES LEDA?

Leda Bergonzi tiene 44 años y pertenece al grupo de oración Soplo de Dios Viviente, que según su propio testimonio, desarrolla hace 8 años actividades espirituales, de evangelización y caridad.

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La mujer rosarina recibió el carisma de liberación y sanación por parte de la Iglesia. Como es una persona laica, sólo puede realizar oraciones no litúrgicas de curación junto a quienes van a verla con la expectativa de sentirse mejor o superar alguna enfermedad.

“Dios sana. Yo simplemente soy igual que todos ustedes. Dios primero me rescató a mí y hoy yo salgo a donarme por él, pero creo que puede pasarle a cualquiera”, aseguró Bergonzi, a quien también llaman la sanadora, ya que varios de los asistentes dicen que, luego de su imposición de manos, sus dolencias desaparecieron.