Por amenazas, balaceras y extorsiones, cierran dos carnicerías en Rosario

Los delincuentes les exigían una importante suma de dinero en dólares para dejarlos trabajar tranquilos; ambos locales fueron tiroteados días atrás.

Cierran dos carnicerías de Rosario por amenazas y balaceras (Imagen ilustrativa - Pedro Castillo - La Voz)
Cierran dos carnicerías de Rosario por amenazas y balaceras (Imagen ilustrativa - Pedro Castillo - La Voz) Foto: Nicolas Bravo

A la construcción de un muro antibalas en una escuela del barrio Ludueña para resguardar a sus estudiantes y todo el personal ante las reiteradas balaceras por la zona; se le suma el cierre de dos carnicerías por recibir amenazas y ataques. Los delincuentes les exigen a los comerciantes que les entreguen una importante suma de dinero en dólares para dejarlos trabajar.

Las amenazas, extorsiones y, también, las balaceras en contra de las carnicerías llevan varios días. Se trata de los locales ubicados en Teniente Agneta y Junun; y Formosa al 100. Al primer comercio, un sujeto en moto pasó y le advirtió uno de los trabajadores: “’Ojo el plomo, queremos 25 mil dólares’. Antes nos habían pedido 60 mil dólares”.

Este vehículo fue visto en la zona en otras oportunidades, según le contaron los vecinos. Juan, en diálogo con El Tres, dejó en claro que no es un caso aislado: “Las dos sucursales nuestras cierran hoy. Pero había otra carnicería a dos cuadras de acá, que cerró hace un mes, y el dueño tuvo que hacer lo mismo ayer con otro local. [...] también recibieron amenazas y balaceras”.

“Esta decisión drástica (de cerrar) se tomó este jueves. Somos diez familias en peligro y ahora nos quedamos sin trabajo, pero lo cierto es que no queremos correr riesgo de que nos maten a nosotros ni a un cliente”, señaló y aclaró que el dueño de los locales dijo que haría todo lo posible por reubicar las carnicerías, pero sin ninguna seguridad, ya que “esto sucede en todos lados”.

El comerciante contó que el negocio no llevaba mucho tiempo abierto y que los primeros seis meses fueron complicados, pero que ahora la situación se estaba encaminado. Justo en este momento aparecen los delincuentes y el negocio cierra sus puertas: “Donde ven que se trabaja más o menos bien, quieren que se les pague para protegernos de lo que ellos hacen”, manifestó con impotencia.