Dime cómo eres y te diré con qué perro te llevarás mejor

Buscar un animal que comparta una personalidad lo más acorde a la del futuro poseedor de la mascota es más importante que elegir un perro por la estética.

Para elegir mascotas vale tener en cuenta el comportamiento de la raza y la personalidad del dueño. (Foto: AP)
Para elegir mascotas vale tener en cuenta el comportamiento de la raza y la personalidad del dueño. (Foto: AP)

Cuando se decide incorporar un perro al hogar, antes de hacerlo, es preciso establecer qué tipo de animal le gustaría tener al futuro tenedor responsable, dueño o compañero (según como se lo quiera denominar al propietario de una mascota) de esa mascota.

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Es fundamental el futuro dueño de una mascota (en este caso un perro) sea consciente de su propia personalidad. Hay gente que disfruta de realizar largas caminatas y otra gente que lo detesta. Hay personas con mayor o menor tendencia a la ansiedad. Los hay más extrovertidos y también más introvertidos a quienes tener un perro les ayudaría en el contacto social con otras personas, etc.

En definitiva lo que es prioritario de hacer, es buscar un animal que comparta una personalidad más acorde a la del futuro poseedor de esa mascota.

Particularmente, prefiero los perros mestizos y si son adoptados de algún refugio o sacados de la calle mejor aún, pero es cierto también, que el elegir un perro de una determinada raza permite conocer de antemano algunas características físicas y también comportamentales típicas de esa raza.

Adoptar un perro de la calle siempre es una buena y solidaria opción.
Adoptar un perro de la calle siempre es una buena y solidaria opción.

Una de las razones por las que mucha gente se inclina por un cachorro de raza es que el tamaño y el peso que el animal tendrá cuando sea adulto son imaginables mientras que en el caso de un mestizo, se debe solicitar ayuda profesional para tener una cierta idea del tamaño y peso que tendrá, al ser adulto, el cachorrito elegido.

En cuanto a la estética, las distintas razas ofrecen un sinnúmero de posibilidades. Las opciones, en el caso de los caninos y a diferencia de los felinos domésticos, son sumamente variadas. Existen desde animales enormes hasta diminutos, con pelajes largos y sedosos o pelo corto, enrulado, e incluso perros que prácticamente no tienen pelo, como el Pila mexicano. Vale decir que los hay para todos los gustos: las posibilidades son de lo más diversas.

Es importante considerar que así como hay una gran diversidad de opciones en cuanto a la estética, también existe la misma diversidad en lo que se refiere al comportamiento de las distintas razas, algo que no es tan evidente como en el caso de la estética. En este punto es casi innecesario remarcar que si el animal convivirá con niños, es preferible inclinarse por razas de baja agresividad y escasa excitabilidad. El hablar de excitabilidad en un perro, refiere a la tendencia a ladrar, a la actividad en general, a la necesidad de ejercitación física diaria, etc. solo por citar algunos ejemplos.

Grupos de razas según su comportamiento

Para echar un poco de luz sobre el tema, vale la pena conocer las distintas categorías establecidas por los doctores B. L. Hart y L. A. Hart, médicos veterinarios conductistas de EE.UU., que realizaron una clasificación basada en estudios de campo. De acuerdo con ella, se reconocen 7 grupos de razas tipificadas según su comportamiento:

  • Grupo 1: Animales de alta excitabilidad, baja facilidad de adiestramiento y agresividad moderada. Sus representantes principales son: Cocker spaniel, Pequinés, Beagle, Yorkshire terrier, Weimaraner y Setter Irlandés, entre otros.
  • Grupo 2: Muy baja excitabilidad, baja facilidad de adiestramiento y muy baja agresividad. Ejemplos: Bulldog, Pastor inglés, Bassethound.
  • Grupo 3: Baja excitabilidad, baja facilidad de adiestramiento y alta agresividad. Ejemplos: Siberian husky, Bóxer, Dálmata, Gran Danés, Chow Chow.
  • Grupo 4: Excitabilidad moderada, muy alta facilidad de adiestramiento y moderada agresividad. Ejemplos: Shih tzu, Caniche miniatura, Bichón frisé, Caniche mediano.
  • Grupo 5: Baja excitabilidad, alta facilidad de adiestramiento y baja agresividad. Ejemplos: Labrador, Vizsla, Golden Retriever, Pointer, Terranova, Collie.
  • Grupo 6: Muy baja excitabilidad, muy alta facilidad de adiestramiento y muy alta agresividad. Ejemplos: Ovejero alemán, Rottweiler, Dobermann, Akita.
  • Grupo 7: Alta excitabilidad, moderada facilidad de adiestramiento y muy alta agresividad. Ejemplos: Chihuahua, Fox terrier, Airedale terrier, Schnauzer miniatura, West highland terrier, Terrier escocés.

Si bien se trata de características generales de cada raza, tal cual ocurre con los humanos y otras especies, cada individuo tiene rasgos de temperamento y personalidad propios, independientemente de la raza a la que pertenezca.

La propia personalidad y la del perro

De todos modos, a la hora de elegir mascota, no se debe pasar por alto la propia personalidad, tanto del futuro tenedor del perro como de los distintos integrantes de la familia con quien deberá convivir el animal.

Por todo esto es que el mejor consejo a brindar es que el acto de adquirir una mascota, ya sea adoptándolo o comprándolo, no debe ser un acto pura y únicamente impulsivo sino un acción meditada, discutida por todos los integrantes de la familia y acordada por todos con el consiguiente compromiso individual de cada uno de los integrantes de la casa.

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Los perros presentan, en líneas generales y según las distintas variedades raciales, una expectativa de vida de 10 a 15 años. Es mucho tiempo para compartir con el animal y por lo tanto una decisión compulsada, razonada y compartida por toda la familia es el mejor inicio para una relación agradable y duradera con un noble animal como lo es el perro.

“No es coherente ni efectivo para corregir una alteración conductual en un animal doméstico de compañía que dicho animal sea el único que deba aprender a comportarse. Las personas con las que convive también deben aprender a comportarse como corresponde para con él.

Los animales son seres vivos y como tales tienen sentimientos y pautas de conducta propias de la especie a las que pertenecen. Sólo conociendo las mismas y respetándolas, se puede lograr una convivencia armoniosa y agradable con ellos”.

* El autor es Médico Veterinario (Argentina), licenciado en Veterinaria (España), especialista en Etología (CPMV), máster en Etología y Ecología del Comportamiento (UPE). Además ha publicado “Una guía para entender a tu gato” (2017) y “Alteraciones conductuales de los perros y los gatos” (España, marzo 2021)