Denunciaron hostigamiento y maltrato hacia una cadete puntana

Alejandro Miranda excomisario mayor y abogado representa a su hija Ailín, cadete de primer año. Asegura que que es una represalia por su reiterado accionar en defensa de los policías y en contra del Gobierno de San Luis.

Alejandro Miranda durante su conferencia de prensa. Foto: La Gaceta Digital.
Alejandro Miranda durante su conferencia de prensa. Foto: La Gaceta Digital.

El martes Alejandro Miranda, excomisario mayor y abogado, brindó una conferencia de prensa por su denuncia ante la fiscalía de turno a las autoridades del Instituto Superior de Seguridad Pública por hostigar, maltratar y perseguir a su hija Ailín (26), quien es cadete del primer año.

El letrado aseguró que es una represalia por su reiterado accionar en defensa de los policías y en contra del Gobierno de San Luis. 

Los denunciados penalmente son la vicerrectora del Instituto Superior de Seguridad Pública, María Abrahin; el jefe de Cuerpo de Cadetes, el comisario Walter Cuello; el jefe de Compañia de primer año, el comisario general Walter Verdu; y los instructores de Campaña de primer año, Anahí Becerra y Ricardo Suárez Sosa, informó La Gaceta Digital.

Miranda explicó: "Cuando ella entra a la etapa de adaptación nadie sabía entre las cadetes de primer año que ella tenía a su hermana, que es oficial principal jefa de estudio en el Instituto, ni que yo soy comisario mayor retirado para no confundir la situación y no se malinterpretara. Al poco tiempo de conocerse esta situación, comenzó la persecución contra ella. Se llevó a cabo principalmente a través del oficial principal Suárez, algunos cadetes de tercer año, la instructora Becerra. Hay que aclarar que no todos los instructores han participado de acciones de persecución contra mi hija".

Luego relató que Ailín presentó en agosto a Suárez un informe en el que denunció que era víctima de malos tratos por parte de sus dos compañeras de habitación. "Suárez en vez de tomar las medidas que corresponden, la presentó ante toda la compañía como una líder conflictiva como alguien a quien no debían seguir los cadetes. Siempre que podía la presentaba como una cadete que no estaba preparada para realizar las actividades del Instituto cuando ella tiene los primeros promedios en estudio y en físico", denunció públicamente.

Por otra parte, la instructora Becerra sancionó a la cadete con tres días de arresto por pronunciar supuestamente una palabra obscena. Ante eso el letrado, y padre de la joven cadete, cuestionó que Becerra no especificó en la sanción cuál fue la palabra que dijo la chica así como tampoco cuándo y dónde, ya que es fundamental esa información para ejercer el derecho de defensa.

Instituto Superior de Seguridad Pública de San Luis.
Instituto Superior de Seguridad Pública de San Luis.

"Deduciendo por la fecha en que la inspector le coloca la sanción, la fecha en que confecciona la nota, mi hija no se encontraba en el Instituto estaba por asistencia a su hijo enfermo", recordó.

Es por eso que Ailín presentó un descargo negando haber cometido la falta, pero según Miranda, Becerra le agregó ocho días más de arresto "por el solo hecho haber negado que cometió la falta".

El letrado explicó que además el comisario Cuello mandó a llamar a Ailín y la interpeló por cuestionar a los instructores. "Además de maltratarla le dijo: 'Usted no se va a recibir'. La reunión provocó una crisis en la joven cadete de 26 años. Tuvo una neurosis de angustia y acoso psicológico – laboral – institucional, diagnosticado por el Dr. Juan Carlos Di Genaro, quien emitió un certificado de 30 días de licencia.

Otro supuesto maltrato que narró su padre y abogado es que cuando la compañía salía a correr desde el Instituto hasta Cruz de Piedra, Suárez ordenaba que Ailín corriera frente al grupo cortando el tránsito en las arterias. Incluso le ordenaba que pasara a la retaguardia del grupo para que no quedara ningún rezagado y que luego volviera al frente del grupo. Finalmente, en los últimos 800 metros debía "llegar a carrera con Suárez".

Alejandro Miranda estuvo en la Policía de San Luis durante 27 años y se retiró como comisario mayor y jefe del Departamento de Operaciones y luego se dedicó a a ejercer como abogado.

Miranda fue uno de los abogados que representó a los policías que se acuartelaron en la Jefatura desde el 7 al 21 de agosto de 2013 en reclamo de mejora salarial y condiciones laborales, durante la gestión Poggi.

"No soy bien visto dentro de la cúpula policial ni dentro del Gobierno. Cada vez que el Gobierno, a través de sus funcionarios, me puede hacer sentir la represalia por estos actos que he tenido defendiendo a la institución policial lo hace. Esta es una de esas", concluyó el ex comisario.