El frío y la preocupación de cada año: qué hacer ante una intoxicación por monóxido de carbono y cómo evitarla

Cada año, alrededor de 20 y 30 personas mueren envenenadas por monóxido de carbono: una de las causas más evitables. Al respecto hablamos con el doctor Héctor Berzel, médico toxicológico de la unidad Toxicológica del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y asesor toxicológico del SAME.

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Berzel se explayó sobre cómo se produce esta intoxicación, tan común como evitable, en época de otoño-invierno cuando el frío empieza a azotar y, en ocasiones, no se tienen las precauciones necesarias a la hora de calefaccionar los diversos ambientes.

Para el especialista es fundamental difundir y concientizar sobre cómo se pueden prevenir estos casos, a la vez comunicar acerca de qué se debe hacer si nos encontramos con un intoxicado o, incluso, nos damos cuenta que nosotros mismos estamos padeciendo este problema.

En principio hay que saber que el monóxido de carbono es un gas incoloro e inodoro que se produce por la combustión incompleta de distintas cosas. “Lo preocupante de estas muertes es que suelen ser personas sanas que fallecen por una cuestión prevenirse perfectamente”, advierte Berzel.

Cuáles son los síntomas

“Por año tenemos alrededor de veinte y treinta muertes. La cifra que es indeterminada es la cantidad de intoxicados que pueden quedar con secuelas o sin secuelas, pero con sustos importantes. Muchas veces se produce muertes de familias completas o de grupos de personas que están en el mismo lugar”, comenta el profesional.

En cuanto a los síntomas que aparecen al momento del envenenamiento, el médico comentó que suelen ser “diversos”. “Uno de los síntomas posibles es el dolor de cabeza, la cefalea, que es de tipo pulsátil -como si pulsara- y que es fundamentalmente frontoparietal. Es una cefalea molesta, realmente, que no cede con los medicamentos comunes, analgésicos o antiinflamatorios, sólo cede con oxígeno”, dijo. Asimismo, pueden presentarse náuseas y vómitos.

A partir de estos síntomas, se puede llegar a la pérdida de conocimiento. “Posteriormente puede llegar al coma y por supuesto a la muerte”, explicó.

Qué hacer ante un caso de estas características

Ante este tipo de síntomas, lo primero que hay que hacer es ventilar el lugar y luego atender al paciente, con el fin de que la persona que va a asistir al afectado no termine intoxicada también. “En vez de tener una persona afectada, vamos a tener dos entonces mejor evitarlo. Posteriormente, en lo posible sacar a la persona del lugar y hacerla ver por un médico”, puntualizó. También es importante identificar el artefacto que haya provocado la intoxicación y cerrarlo.

En caso de que estar solos y comenzar a sentir esos síntomas, actuar de igual manera. “Abrir una ventilación suficiente como para que entre aire fresco y diluya la posibilidad de que el monóxido de carbono se concentre o salir del lugar. Posteriormente, sí o sí la consulta médica porque en la mayoría de los casos es necesaria la administración de oxígeno”, comenta Berzel.

Acerca de quiénes pueden verse más afectados por una intoxicación de este tipo, el médico explicó cómo actúa el monóxido de carbono en el cuerpo. “El mecanismo de acción que tiene el monóxido de carbono es a través de la hemoglobina, la convierte en carboxihemoglobina y esto hace que el transportador de oxígeno, que es la hemoglobina, no transporte el oxígeno necesario a los órganos más nobles”, explicó.

Por ello, “afecta mucho más a los menores, a mujeres embarazadas, a adultos mayores y a personas con problemas respiratorios de todo tipo”. “No es la misma afección que va a tener un adulto común o un chico mayor de un año que un bebé en la panza de su madre y es por la diferente hemoglobina que tiene cada uno”, dijo.

Qué precauciones se debe tener

“Lo principal es que todos los elementos de calefacción o de cocina deben ser regulados y controlados por un gasista matriculado una vez al año, fundamentalmente previo al inicio de la estación fría. Después los calefones no tienen que estar en el baño, no utilizar las hornallas de la cocina para calefaccionar y las estufas deben ser de tiro balanceado”, recomendó.

Otro punto a tener en cuenta es que los autos en garajes cerrados no deben calentarse y esperar a que la gente suba para después salir porque eso también concentra monóxido de carbono. Asimismo, el médico señaló que es necesario siempre tener el hogar con las ventilaciones que exigen los entes reguladores del gas.

Acerca de la confiabilidad de los detectores de monóxido señaló que depende del tipo que sea y que, por supuesto, debe ser instalado profesionalmente para que se active cuando sea necesario.

“Siempre es importante que haya una ventilación suficiente, porque se corre el riesgo de que la alarma se dispare con niveles muy bajos de monóxido de carbono. Por ejemplo, en una cocina común se va a producir monóxido de carbono indefectiblemente, con una estufa que no sea tiro balanceado también. Los detectores de monóxido suelen ser útiles, siempre que estén bien colocados”, explicó.

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Pensando en las familias de bajos recursos, Bazel aconsejó no utilizar braseros. “Es preferible ponerse más ropa para dormir que tener un brasero encendido, lo mismo con estufas sin tiro balanceado”. No obstante señaló que incluso las de tiro balanceado deben ser controladas por gasistas matriculados porque en ocasiones se puede tapar la salida.

Ante cualquier duda, se puede consultar a la unidad de Toxicología del Hospital de Niños: 4962- 6666 o 4962-2247

Por consultas puntuales a Héctor Berzel, su correo electrónico es hectorberzel@hotmail.com