Prisión perpetua para los acusados de torturar y asesinar a Daniela Guantay

En el día de ayer se escucharon los alegatos por el brutal homicidio de Daniela Guantay en marzo del 2017, y hoy empezó la última jornada del juicio con réplicas y contrarréplicas de la fiscal penal, la querella y la defensa de los acusados. El Tribunal deliberó durante cuatro horas, y hace unos minutos declaró el veredicto: los cinco mayores imputados recibieron prisión perpetua, y la menor fue declarada penalmente responsable.

Este veredicto es el que pedía durante la jornada de ayer la fiscal penal Verónica Simesen de Bielke, así como también la querella; las defensas, por otra parte, pedían absolución por el beneficio de la duda: sostenían que no se pudo determinar la causa de muerte, y pidieron una nueva investigación.

Las pruebas incluyeron las declaraciones de más de 80 testigos, y 15 más de identidad protegida. Simesen de BIelke argumentó que todos los testigos declararon que el móvil del crimen fue el robo de la droga, y recordó que el imputado Carlos Alfredo Agüero habría dicho que "a estos gatos hay que cortarles las manos" según distintos testigos, de forma previa a la desaparición de Daniela.

Esta mañana, se le otorgó la última palabra a los acusados, quienes negaron su participación y pidieron justicia. La menor decidió no hacer uso de su oportunidad.

Los imputados Carlos Agüero, Norberto Silvestre, Julio César Monasterio y Juan Reynaldo Álvarez recibieron prisión perpetua por homicidio triplemente agravado por violencia de género, por ensañamiento y por concurso premeditado de dos o más personas, por abuso sexual; Marisel Griselda Urzagaste, la misma sentencia por homicidio doblemente agravado por ser perpetrado con sañamiento y por el concurso de dos o más personas, tortura agravada por la muerte de la vícima, todo en concurso ideal agravado por la participación de un menor de edad.

La joven menor de edad al momento del hecho, Gaturra, fue declarada penalmente responsable por homicidio doblemente agravado por ser perpetrado con ensañamiento y por el concurso premeditado de dos o más personas, tortura agravada por la muerte de la víctima, todo en concurso ideal.