Colorinches tresarroyenses: Taco, paño y un clavel blanco

El tresarroyense Pedro Leopoldo Carrera fue el primer quíntuple campeón mundial que tuvo la Argentina y es considerado, junto con el norteamericano Willie Hoppe, como el más completo billarista de todos los tiempos. VIDEOS.

Pedro Leopoldo Carrera
Pedro Leopoldo Carrera Foto: BC DC DEKEN

Una gran parte de los tresarroyenses habrán oído hablar por primera vez de Pedro Leopoldo Carrera, allá por el año 2014, cuando, al conmemorarse 100 años de su nacimiento, un grupo de vecinos de Tres Arroyos decidió realizarle un justo y merecido homenaje/ recordatorio a su emblemática figura.

Otros, en cambio, se habrán puesto al día sobre quien fue este notable personaje, cuando en noviembre del 2020 fue el nombre elegido para la inauguración del Paseo del Deporte del Polideportivo Municipal.

Yo conocí su existencia muchos años atrás. Mi abuelo Tomás solía nombrarlo en las largas sobremesas luego de los capeletinis o de una opípara cena. “Pedro Leopoldo Carrera, cinco veces campeón mundial de billar, era amigo mío y de la familia”, solía decir.

Debo confesar que no le creía. El abuelo no era de mentir, pero le gustaba exagerar las cosas. Supuse entonces que, lo que el abuelo definía como amistad era apenas un “hola que tal” expresado uno al otro al cruzarse por la calle.

El abuelo ya no estaba entre nosotros para pedirle disculpas cuando, algunos años después, de visita en la casa de mi padre, me entregó una carta escrita de puño y letra por Pedro Leopoldo Carrera y dirigida a Jorge Sode, hermano del abuelo Tomás, en la cual expresaba su afecto y el recuerdo para toda la familia.

Devolví la carta luego de leerla y mi padre volvió a guardarla. Allá por el 2020 cuando el recuerdo de “Carrerita” volvía a estar en boca de todos, quise rescatarla para utilizarla en una nota, pero a veces los tesoros se esconden para salvaguardarlos y ese tesoro al parecer bien escondido, continúa haciendo hasta hoy, infructuosa cualquier búsqueda.

Pedro Leopoldo Carrera
Pedro Leopoldo Carrera Foto: BC DC DEKEN

Las evidencias de aquella amistad pueden corroborarse en los datos puros y duros. Pedro Leopoldo Carrera nació en Tres Arroyos el 19 de junio de 1914 y vivía en Moreno 777 donde hoy se encuentra el Sindicato de Luz y Fuerza. Su padre y su tío eran propietarios de un Almacén de Ramos Generales ubicado en la intersección de la Avenida Moreno y Suipacha donde hoy se encuentra la firma “El Agropecuario” (N d R: la calle Suipacha en 1914 se denominaba Rocha. En 1916 cambió su nombre a su actual denominación).

Jorge y Tomás Sode junto al resto de sus hermanos, vivían en Sarmiento al 800, luego al 900 donde al principio de la década de 1920 se reinstaló la Fabrica Sode, cuya primera ubicación fue en Sarmiento y Roca.

Unidos por la infancia, los potreros y la barriada de Quilmes, fueron forjando una amistad que se mantuvo a lo largo de los años, junto con los Arenas, los Rodera, los Costoyas y los Del Vecchio.

Pedro Leopoldo Carrera se convirtió con los años en el primer quíntuple campeón mundial que tuvo la Argentina y es considerado, junto con el norteamericano Willie Hoppe, como el más completo billarista de todos los tiempos.

Pedro Leopoldo Carrera
Pedro Leopoldo Carrera Foto: BC DC DEKEN

Pedro, el deportista

El billar fue símbolo de una época. No había cafetín que no tuviese alguna mesa. “Jugarse una partidita” antes o después del trabajo era lo normal en cualquier barrio de cualquier lugar de la Argentina.

Los primeros encuentros de Pedro Leopoldo Carrera con los tacos y el paño verde fue durante su infancia en el Café La Angelita de Suipacha y Mitre, propiedad de Juan Fernández. Otros de los lugares donde continuó forjando su destreza fue en el Café Bar Colón ubicado en aquellos años sobre la avenida Moreno.

Era tal su destreza con el taco que alrededor de 1932 con 18 años y ya en Capital Federal donde se radicó junto con un tío, tras la muerte de su padre, recala en “Los 36 billares” ubicado en Avenida De Mayo donde la mayoría de los destacados y buenos aficionados de la época hacían sus prácticas.

En su libro Historia del Billar en la Argentina: 345 años de billar en la Argentina, la escritora e historiadora Silvia Martínez indica que Carrera era uno de ellos y pese a sus habilidades naturales, era un jugador de segunda categoría con un promedio de 10 carambolas (en la especialidad a tres bandas) que había cosechado algunos buenos resultados en torneos menores.

Antonio Pisto, un reconocido jugador de principios de siglo XX, convertido por aquellos años en profesor, vio en Carrera algo diferente al resto de los jugadores, una predisposición distinta y una manera de leer el juego altamente llamativa que no se reflejaba en los resultados. Pisto se convirtió en su asesor y en poco tiempo Carrera duplicó su capacidad como jugador.

Pedro Leopoldo Carrera
Pedro Leopoldo Carrera Foto: El Gráfico

A partir de ese momento su carrera tuvo un despegue meteórico, convirtiéndose en uno de los mayores protagonistas en los diferentes torneos en los cuales participó.

En 1936 consiguió un record de 2126 carambolas, en estilo libre, según relata el propio Carrera en una nota publicada en el diario El Laborista.

En 1939 se presentó por primera vez en el Campeonato Argentino de Billar y obtuvo una contundente victoria en las especialidades libre y tres bandas.

Carrera ganó en total 22 Campeonatos Argentinos, 4 Campeonatos Sudamericanos, 5 Campeonatos Mundiales y batió 81 records en promedios particulares, generales y de serie mayor.

Solo por nombrar algunos:

En 1942 hizo una serie de 1000 carambolas en cincuenta minutos, en la sede del Racing Club, institución a la que representó por muchos años.

En el año 1952 en la provincia de Tucumán donde se entrenaba para el Campeonato Argentino de Libre, hizo 1.453 carambolas en dos horas de juego. Ese año vuelve a convertirse en el Campeón Nacional con una marca general de 147,66, otro record para su carrera.

Su primer título mundial

El 8 de junio de 1950 fue el día más importante en la carrera deportiva de Pedro Leopoldo Carrera. Lejos de casa y en la primavera de Madrid, España, comenzaría a florecer la leyenda internacional de este brillante jugador cuando gana de manera invicta el 14º Campeonato Mundial de Carambola Libre.

Primero superó al campeón portugués Rebelo por 500 304; al chileno Iglesias por 500 a 4; al belga Von Hassel por 500 a 115; al francés Diffetelle por 500 a 340; al belga Gabriels por 500 a 30; al holandés Ruyter por 500 a 14; superó al español García por 500 a 12 y en el último partido venció al español Domingo por 500 a 409.

Poco después de la hazaña en Madrid, visitó Tres Arroyos, el 17 de junio. Se le brindó en el Club Atlético Costa Sud, un recibimiento acorde acorde al tamaño de su logro.

En diciembre del mismo año ganó el Campeonato Sudamericano de Tres Bandas, también de forma invicta que se desarrolló en el Casal de Cataluña, ubicado en calle Chacabuco 863 del barrio de San Telmo, Capital Federal.

Durante los años 1951 y 1952 Carrera se vuelve prácticamente invencible.

En agosto de 1951 gana el Campeonato Argentino de Cuadro 47/2 y en noviembre, el Campeonato Mundial en la misma especialidad que se disputó en las instalaciones del club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires.

En 1952 revalida el título de Campeón Argentino en la especialidad Cuadro 47/2 y se consagra Campeón Argentino de Tres Bandas en el Casal de Cataluña.

Llega así perfilado como el gran candidato a alzarse con el triunfo en el Campeonato Mundial de Billar a Tres Bandas que se disputaría durante el mes de octubre en el mítico Luna Park.

Allí, Carrera frente a 12 mil espectadores, un record para la disciplina, logra su tercera conquista internacional.

En 1953 viaja a Lugo, España donde vuelve a consagrarse Campeón Mundial de Carambola Libre.

En mayo de 1954 gana el Campeonato Sudamericano de Libre, disputado en el Salón Príncipe George, ubicado en la calle Cuyo al 1200 —actual Sarmiento, entre Libertad y Talcahuano de Buenos Aires. Un mes más tarde recupera el Campeonato Argentino de Libre que se juega en el Casal de Cataluña y que había perdido a manos de Enrique Navarra, quien resulta en esta ocasión, subcampeón.

En agosto viaja a Brasil y se alza con el título de Campeón Sudamericano de Cuadro, donde por primera vez jugó con bolas de material sintético, reemplazando a las tradicionales de marfil. Pese a no estar acostumbrado a esta nueva variante, no fue impedimento para que, con su depurada técnica se impusiera a todos sus adversarios.

Para finalizar 1954 en noviembre se consagra en el Campeonato Mundial de Billar Completo (Nuevo Pentatlón) que se juega en Buenos Aires. Las cinco especialidades eran: Libre, Cuadro 47/2, Cuadro 71/2, Una Banda y Tres Bandas.

En una nota publicada en la Revista Marfil, número 6 del año 1954 y rescatada por Luis Venosa es el libro “El Hombre del clavel blanco”, Alberto Conte - cofundador de la Federación Argentina de Aficionados al Billar escribió sobre Carrera luego de consagrarse campeón mundial del Pentatlón de 1954:

“Y es que, Pedro Leopoldo Carrera, artífice único del billar, pone en todas sus jugadas una ejecución y concepción maravillosas, transformando sus partidas de campeonato en depuradas exhibiciones de alta capacidad y técnica. Para poder apreciar lo que verdaderamente es Carrera en un torneo, es necesario verlo actuar. De inmediato se descubre su enorme personalidad deportiva, concretada en técnica inigualada, simpatía y distinción”.

Se nos ocurre, asistiendo a alguna de sus partidas, que estamos en presencia de un profesor dictando una clase magistral ante una concurrencia selecta y especializada.

La actuación de Carrera en la competencia que nos ocupa, ha sido verdaderamente arrolladora, dominando a sus calificados adversarios desde el comienzo y marchando con ritmo ágil y sereno a través de las 13 agotadoras jornadas de la misma. En una prueba dura, donde se necesitaba resistencia física suficiente para rendir convenientemente en todas las especialidades, demostró el temple indispensable para aguantar las exigencias de la lucha. Inició su marcha triunfal en el match con su compañero de representación Enrique Navarra, a quien derrotó en 4 de las 5 especialidades.

Luego mantuvo gallardamente su ventaja hasta arribar a la última ronda, donde ya resultaba imposible despojarlo del triunfo.

Y de esta forma, en la más acabada demostración de soberbias aptitudes, Pedro Leopoldo Carrera adquirió el derecho de ser señalado como el más grande jugador amateur de billar del mundo”.

Pedro, el Hombre

“Perfumada de magnolia rociada de mañanita,

la veredita sonríe cuando tu pie la acaricia

y la populí se ríe y la ventana se agita,

cuando por esa vereda tu fina estampa paseas”.

Así, de la manera que lo expresa los versos de la canción “Caballero de fina estampa” se puede describir a Pedro Leopoldo Carrera.

Los años y su prematura muerte a los 49 años lo dejaron detenido en el tiempo, junto con su sonrisa gardeliana, su pelo engominado y el infaltable clavel blanco en la solapa izquierda de su smoking.

Su estampa, o la pinta como solemos decir los argentinos, era casi idéntica a la de los artistas favoritos de la época que hacían suspirar a las mujeres desde la lejanía de la pantalla de un cine de barrio, con su imagen viril que armonizaba con su prolijidad.

Supo de adolescente que el destino le había otorgado un don especial, talento evidente y auténtico del cual solo fanfarroneaba cuando le tocaba competir sobre el verde paño, junto con la pinta y el carisma necesario para también destacarse socialmente.

En un programa de radio emitido en la localidad de Azul, María Leticia Carrera (Marilé) hija de Don Pedro, destacó entre las virtudes ya conocidas de su padre, que también durante su juventud fue un destacado campeón de natación, que amaba hacer asados, el mate y las perdices al escabeche que el mismo cazaba, ya que era un gran aficionado a la caza y la pesca.

“Bailaba y cantaba muy bien” – mencionó Marilé.

Con su impecable juego y su carisma para desenvolverse en la sociedad logró una fervorosa lista de seguidores y fanáticos entre los que se encontraba Juan Duarte, hermano de Eva -esposa del Presidente argentino Juan Domingo Perón.

Fue el propio Perón quien le financió la carrera internacional, y el billarista pagó con creces ese apoyo con sus cinco títulos mundiales conseguidos entre 1950 y 1954.

En una ocasión Perón le regaló un auto Lincoln que “Carrerita” – como lo apodaban - preparó para correr en la 4ta Vuelta de Tres Arroyos, Bodas de Plata del Club Quilmes de 1954. En el lateral de su auto podía leerse la leyenda “Perón Cumple”.

Pedro Leopoldo Carrera, se convirtió en embajador deportivo de Argentina junto con otros talentosos deportistas de la época. Asociado a la figura de Juan Domingo Perón, con la Revolución Libertadora la carrera del billarista llegó prácticamente a su fin.

Luis Venosa, autor del libro “El hombre del clavel blanco” asegura que: “El nuevo gobierno de facto instalado en Argentina, condenó al ostracismo a más de 120 deportistas amateurs, quienes fueron declarados ‘profesionales’ por haber recibido supuestas prebendas del gobierno peronista, cuando en realidad se trató de simples ayudas económicas y/o premios para el desarrollo de la actividad, en el marco de una política de Estado”.

Pedro Leopoldo Carrera se vio forzado a emigrar a Brasil donde se desempeñó como instructor de billar en el Jockey Club de San Pablo.

Los excesos de una vida llena de noche, cigarrillos y alcohol, sumado a las penurias del exilio, terminaron con su vida a los 49 años.

Tan grande fue su figura que en 1980 recibió Post Mortem, a 17 años de su desaparición física, el Premio Konex de Platino como el mejor billarista de la historia argentina.

Pedro Leopoldo Carrera
Pedro Leopoldo Carrera Foto: El Gráfico