En la comunidad de Olaroz Chico, en Jujuy -que tiene la mayor concentración de camionetas 4x4, con una cada 20 habitantes- no podía anticipar el crecimiento que llegarían a tener y mucho menos el motivo: el litio.
El material, que surge de los salares que rodean a Olaroz, desató una guerra entre empresas mineras de todo el mundo que quieren quedarse con su explotación en Salta, Jujuy y Catamarca, informó La Nación.
![Pruebas técnicas en la mina de Olaroz (REUTERS/Enrique Marcarian)](https://viapais.com.ar/resizer/7y-mGdIm4CCjRIUq5TgKocO6wjg=/1023x682/smart/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/grupoclarin/GY4DGNRXMQ3GMNJXGEZTEZLFMU.jpg)
![La comunidad de Olaroz y el salar detrás y la mina Sales de Jujuy (Web)](https://viapais.com.ar/resizer/1c0lBvHlILtcUwxfsg7R52TA-Vs=/1023x681/smart/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/grupoclarin/GY2TKODGMQ2DQOBUHBSDQNRWHE.jpg)
Todas las compañías mineras quieren asegurarse el negocio para llegar a 2025 como los principales productores de litio y poder fijar el precio internacional de este mineral, clave en la producción de celulares, computadoras y baterías de autos eléctricos, entre otras cosas. Argentina es el tercer productor mundial de litio, con el 16% de la producción, por debajo de Australia (40%) y Chile (33%).
Mientras tanto, las comunidades aborígenes de estos salares también se hacen eco de esta guerra económicas. Los pueblos se dividen entre quienes se oponen a la extracción de litio por miedo a que provoque escasez de agua, y los que disfrutan de sus ventajas.