Se estrenó una edición de Gran Hermano en Brasil: cuáles son las diferencias con la temporada argentina

Gran Hermano es un formato que nació en Holanda y fue reversionándose en muchos países alrededor del mundo. Actualmente, en Argentina está al aire la décima temporada, donde quedan ya diez participantes dentro de la casa y pasaron más de 100 días desde que empezó el reality show.

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Si bien los números que el programa está logrando son muy buenos, ya que supera los 20 puntos de rating en cada emisión y es uno de los temas más hablados de las redes sociales, muchos fanáticos del programa se sintieron decepcionados. Y es que hace pocas semanas se estrenó una nueva edición de Big Brother Brasil y el público asegura que el reality brasilero supera en todos los aspectos al argentino.

Incluso, se encargaron de enumerar las razones por las que la edición del país vecino es mejor y muchos aseguraron que no verían más el programa argentino. Al conocer los detalles de cómo se desarrollaría Big Brother Brasil muchos internautas coincidieron en que la producción argentina no había sido muy bien pensada e incluso que años anteriores estuvo mejor.

Todas las diferencias entre Gran Hermano Argentina y Brasil

• La casa

Evidentemente, una de las principales diferencias sería la casa en la que habiten los participantes y es que en la edición argentina se optó por un diseño moderno y minimalista, con muebles de última tecnología, amplios sillones y ambientes. Además, se decidió por colores más neutros como madera, blanco negro y gris.

Los espacios más arriesgados son las habitaciones donde hay tonos naranja, verdes y violetas, y sin dudas, el confesionario que tiene un enorme sillón rojo. En Brasil, en cambio, toda la casa tiene una temática marina, con dibujos de peces y otros animales en las paredes de las piezas. En general la casa se caracteriza por colores más vivos como el celeste, rosa, naranja, verde y violeta.

Si bien ambas casas cuentan con una gran pileta, probablemente el jardín de los participantes argentinos es mucho más amplio, ya que la piscina ocupa menos lugar.

• Los micrófonos

En el reality brasilero los participantes sorprendieron al usar un micrófono en formato de collar, que, además de evitar que los concursantes se lo bajen y puedan complotar, son mucho más cómodos. Incluso, tienen la virtud de no tener riñonera y pueden mojarse.

En cambio, en Argentina los “hermanitos” deben tener mucho cuidado con los micrófonos ya que no pueden mojarlos, el cable les recorre todo su torso o espalda, y además tienen que cuidar la riñonera. Pero no termina ahí, ya que periódicamente tienen que cambiar la batería de los aparatos.

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• Las fiestas: sin alcohol en Argentina y todo permitido en Brasil

Desde un primer momento que los concursantes nacionales sabían que debían dar el consentimiento en caso de querer tener relaciones sexuales dentro de la casa y otro punto clave es que no iban a poder consumir alcohol. Sin embargo, Gran Hermano suele darles una lata de cerveza a cada uno, únicamente los viernes que es el día de fiesta. Aunque puede haber excepciones, con dos vinos para toda la casa.

Las fiestas de Argentina suelen catalogarse como “aburridas” por los internautas, ya que pocos bailan y suelen ser monótonas. En cambio, en Brasil tienen dos celebraciones semanales, donde sorprenden con la presentación de artistas como Anitta, y tienen consumo ilimitado de alcohol en las fiestas.

• La interacción con el conductor

Si bien esta edición de Gran Hermano Argentina es la que mayor cantidad de cámaras y micrófonos tiene, dando la posibilidad también de ver lo que pasa todo el día dentro de la casa más famosa del país, quedó atrás en otro aspecto. Y es que los concursantes interactúan con Santiago del Moro, el conductor, a través de un televisor ubicado en el living.

Mientras que los brasileros quedaron atónitos cuando el conductor de su edición se presentó en tamaño real en una de las pantallas gigantes de la casa. Además, da la posibilidad de ver sin cortes ni censura todo lo que pasa dentro de la casa, a diferencia de la producción argentina que no permite la elección de cámaras por parte de la audiencia.