Sandra, de cosechadora y embaladora de Maipú a representante de la Mujer Rural a nivel provincial

Sandra Vega es del distrito de General Ortega y desde su adolescencia trabajó en la tierra. Sigue siendo trabajadora rural y recientemente fue reconocida por la Cámara de Diputados como ejemplo de las Mujeres Rurales.

Sandra fue distinguida por la Cámara de Diputados de la provincia como ejemplo de Mujer Rural.
Sandra fue distinguida por la Cámara de Diputados de la provincia como ejemplo de Mujer Rural. Foto: Gentileza

Mujer, trabajadora, madre y esposa, Sandra Vega se crió en fincas donde su madre y abuela trabajaban. Desde el año pasado viene siendo representante de las mujeres rurales y el lunes 8 de marzo fue distinguida por la Cámara de Diputados por ser un ejemplo de las Mujeres Rurales.

Sandra es vecina de General Ortega, de Maipú. Ella trabaja junto a sus dos hijas y su marido en diferentes fincas sobre la Ruta 60 y Fray Luis Beltrán, aunque también han ido a fincas en otros departamentos.

Sandra junto a su familia en la distinción de la Cámada de Diputados.
Sandra junto a su familia en la distinción de la Cámada de Diputados. Foto: Gentileza

Su rutina a veces comienza muy temprano, depende de que fruta o verdura se cosecha. “Ahora por ejemplo estamos con la uva y por ahí es un poquito más tarde, porque hay que tener cierto cuidado para cosechar y embalar la uva. Pero la mayor parte de la fruta que se cosecha tiene que cosecharse bien temprano, nosotras a veces empezamos a las 6 de la mañana y hemos terminado a las 2 de la madrugada”, afirma Sandra a Vía Mendoza.

El camino como representante de mujeres rurales comenzó en octubre del año pasado, cuando fue convocada para representar a las mujeres rurales de Mendoza en el Encuentro Nacional y de las Américas de Mujeres Rurales. Esto sucedió gracias al llamado de Daniel Battaglia, a quien conoció de casualidad y le pudo contar el trabajo que realizaba.

Reconocimiento recibido en Buenos Aires cuando representó a las trabajadoras rurales de la provincia.
Reconocimiento recibido en Buenos Aires cuando representó a las trabajadoras rurales de la provincia. Foto: Gentile

Sandra viajó a Buenos Aires y puedo conocer a muchas otras mujeres con diferentes problemas y otras soluciones que acá no hay aún. Al regresar a la provincia fue reconocida por su labor y contribución como mujer rural, por el Consejo Deliberante de Maipú, gracias a la presentación del Concejal Mauri Pinti Clop.

Por último, su reconocimiento llegó a la Cámara de Diputados de la provincia por una resolución impulsada por la diputada Tamara Salomón y el 8 de marzo en el marco del Día de la Mujer, Sandra fue distinguida por su aporte a la comunidad rural siendo reconocida como ejemplo de las Mujeres Rurales.

Tras este reconocimiento Sandra recordó: “Pienso mucho en mi abuela y en mi mamá, ellas hicieron este trabajo toda la vida. Mi mamá empezó con trabajo de parto cuando estaba embarazada de mí, estando en una chacra y yo crecí a la par de ellos. Me llevaban de chiquita porque en ese entonces no tenía quien me cuidara porque era la primera hija”.

Las labores de las trabajadoras rurales no son solo en el campo

Sandra tiene 53 años y cuanta con la ayuda sus dos hijas y su esposo que ayudan en casa. Pero la trabajadora afirma: ”Veo a las otras mujeres que tienen que mandar sus hijos a la escuela, hacer las tareas de la casa y la verdad que una llega muy cansada de trabajar en la finca. Es un trabajo muy sacrificado el que nosotras hacemos y es difícil muchas veces llevar una casa adelante y seguir trabajando”.

Muchas mujeres en el campo son también las encargadas de sus hogares, algunas trabajan en la misma finca donde viven por lo que van hacía la casa a cocinar y luego vuelven a trabajar.

El mayor deseo de Sandra como trabajadora rural es que “sea un camino que empecemos a recorrer nosotras las mujeres rurales, porque no se había escuchado nunca esto acá en la provincia y somos muchas”.

La historia de la mujer rural y un pedido a las autoridades

Cuando Sandra tenía 12 años, al terminar la primaria tuvo que empezar a trabajar por razones económicas. Por lo que sus estudios no fueron completados. “Después que me case, que mis hijas fueron grandes, me incentivaron a que terminara el secundario. Terminé el secundario y pude hacer la carrera de sommelier, que tengo dos materias y la tesis para rendir”, afirma.

Sandra en plena cosecha.
Sandra en plena cosecha. Foto: Gentileza

La mujer aclara que hay más que solo trabajar, que como mujeres tienen otras cosas que se pueden hacer, pero cuando no se recibe asesoramiento, ni se las acompaña, quedan aisladas. Además, señala: “El trabajo de nosotros es muy invisible, no es reconocido, hoy podemos hablar de este reconocimiento, pero la verdad que a mí me encantaría, y hablo por todas las mujeres que represento en este momento, que alguna autoridad pueda venir y ver lo que hace la mujer rural”.

El fin de este pedido es que visibilicen el trabajo rural y a la mujer, que puedan tener una asesoría sobre que se puede realizar épocas como el invierno, ya que es una temporada muy dura para los trabajadores y las trabajadoras.