Extorsión y balacera en un kiosco del sur de Rosario: vecinos reclaman más seguridad

El dueño del negocio había sido extorsionado por una suma de dinero para no ser blanco de ataques. En el lugar dejaron una nota firmada por “La Mafia”.

Los vecinos del barrio salieron a exigir más seguridad.
Los vecinos del barrio salieron a exigir más seguridad. Foto: La Capital

Tras la balacera ocurrida en un comercio del barrio República de la Sexta, vecinos de San Luis al 4500, en la zona sur de Rosario, salieron a reclamar por más seguridad en las puertas de otro negocio que también fue blanco de ataques, y denunciaron que varios comerciantes prefieren cerrar sus locales por las amenazas que reciben cotidianamente.

El hecho ocurrió en la misma semana que el ataque al negocio de Ocampo al 200 y fue el resultado de amenazas que le habían llegado al dueño el día anterior, exigiéndole una suma de dinero para no hacerlo blanco de disparos. Un día después de la extorsión, su local recibió varios impactos de bala.

Las balas impactaron en el kiosco de San Luis 4500
Las balas impactaron en el kiosco de San Luis 4500 Foto: La Capital

Además, los delincuentes dejaron una nota firmada por “La Mafia” en la que aseguran que la situación volverá a repetirse hasta que el dueño acceda a pagar: “La vamos a hacer corta, día y noche te caemos... comunicate”, puede leerse en el texto que apareció en el negocio baleado.

La nota que dejaron al dueño del kiosco, firmada por "La Mafia"
La nota que dejaron al dueño del kiosco, firmada por "La Mafia" Foto: La Capital

“Las extorsiones pasaron a ser una modalidad de delito más directa porque ahora se vende seguridad. Entonces, nos preguntamos ¿en manos de quiénes está la seguridad de los rosarinos? ¿del Estado o de un grupo privado?”, señaló Melisa Herrero, referente de Vecinales Rosarinas Unidas.

Vecinos denuncian que muchos negocios de los barrios de Rosario prefieren cerrar por miedo

Los vecinos comentan que la situación no sólo se agrava constantemente, sino que muchos comerciantes barriales, de locales pequeños y medianos, están cerrando sus emprendimientos. Eso provoca aún más inseguridad en las cada vez menos transitadas calles. “El barrio va perdiendo vida”, sostiene Herrero y asegura que es una postal común en varias zonas de la ciudad.

La referente explicó también que es muy difícil saber con exactitud el número de negocios que reciben extorsiones, pues muchos prefieren pagar y obedecer a las amenazas por miedo a represalias.

En ese sentido, sentenció: “No hay que naturalizar las extorsiones porque la estamos pasando mal. Los barrios viven gracias a los pequeños comercios y no podemos perderlos” y pidió “respuestas del gobierno”.