Massa y su equipo arrancan en Estados Unidos un mes que consideran bisagra para las reservas

Habrá reuniones con el FMI, el BID, el Banco Mundial, la AmCham y grandes petroleras. El ministro de Economía tiene un objetivo primordial: conseguir dólares.

Alberto Fernández y Serio Massa en Olivos. Foto: Archivo.
Alberto Fernández y Serio Massa en Olivos. Foto: Archivo. Foto: Presidencia

En medio de la convulsión política que generó el intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner, el Gobierno está comenzando un mes que considera decisivo para dar señales más certeras de estabilidad macroeconómica, y Sergio Massa tendrá un gran protagonismo con una agenda cargada en los Estados Unidos.

La situación es compleja. Las reservas brutas cerraron el jueves, antes del feriado exprés, en 36.641 millones de dólares. Hay que remontarse a octubre de 2016 para encontrar un nivel inferior.

El ministro de Economía, Sergio Massa, y el embajador de Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley. (Embajada de Estados Unidos)
El ministro de Economía, Sergio Massa, y el embajador de Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley. (Embajada de Estados Unidos)

Pero en esa bolsa, hay datos aún más alarmantes. Al 23 de agosto, las reservas netas se ubicaron en apenas 2.671 millones, según un análisis del Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (GERES).

En las reservas netas hay 3.465 millones en oro y 4.376 millones en Derechos Especiales de Giro del FMI. Y las reservas líquidas (cantidad de divisas en billete) se ubicaban en 5.170 millones negativos.

El 3 de agosto, el día que asumió, Massa dijo que tenía un “acuerdo” para el adelanto de exportaciones con las cadenas de la pesca, el agro, la minería y otros. Eso permitiría, dijo, el ingreso de 5.000 millones de dólares en los primeros sesenta día. Hasta aquí, no sucedió.

En el primer mes de Massa, quien le imprimió velocidad a la gestión económica y principalmente al ajuste fiscal para poder cumplir la meta de déficit de 2,5% comprometida con el FMI, algunas variables tendieron a enfriarse.

El dólar MEP, en la Bolsa, bajó 6,5% a 278,73 pesos y el contado con liquidación descendió 10,3%, a 288 pesos. Y el “dólar blue” pasó de 314 a 285, bajando 9,2%. A su vez, el cambio mayorista subió 5,68%, la corrección mensual más alta desde marzo 2019.

Ahora, el Gobierno espera determinados movimientos de variables que permitirían tranquilizar aún más las aguas. Este mes habrá un descenso marcado de las importaciones de energía y se espera que, con un nuevo tipo de cambio temporal, el campo liquide más soja.

Fernando Marull, socio y director de FM&A, analizó que los pagos por energía habían sido de 2.281 millones de dólares en julio y en agosto se ubicaron en torno a los 1.100 millones. En septiembre no superarían los 300 millones.

En paralelo, se espera que Massa pueda avanzar este mes con las negociaciones con tres bancos internacionales para conseguir lo que en la jerga financiera se conoce como “repo”, para la recompra de deuda externa y para fortalecer las reservas.

Y del FMI también se esperan recursos extra a los que se destinan al repago de la deuda contraída por Mauricio Macri en 2018. El Gobierno espera un nuevo desembolso del Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad (FRS), diseñado para ayudar a los países tras la pandemia.

En el acuerdo con el Fondo Monetario, Argentina se comprometió a acumular reservas por un monto de 6.300 millones de dólares para el tercer trimestre de 2022. Esto no solo no ocurrió sino que en lo que va del año se perdieron 3.021 millones de dólares.

Misión a Washington y Houston

Con un contexto local adverso, el lunes arranca un mes movido. El Presidente Alberto Fernández irá a Estados Unidos para participar de la inauguración de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas el 19 de septiembre.

Pero este lunes, un equipo del FMI encabezado por el jefe de la misión para la Argentina, Luis Cubeddu, recibirá en Washington, a una delegación técnica de funcionarios argentinos para trabajar en la segunda revisión del acuerdo por la deuda.

A la sede del Fondo irán el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein; el jefe de Asesores del Ministerio, Leonardo Madcur; el secretario de Hacienda, Raúl Rigo; el secretario de Finanzas, Eduardo Setti; el director del Banco Central, Lisandro Cleri; y el titular del Indec, Marco Lavagna.

Ese diálogo será previo al aterrizaje de Massa en Washington, previsto para el martes. El ministro de Economía llegará junto a su par de Turismo, Matías Lammens, quien lanzará un plan de promoción de turismo receptivo con Estados Unidos.

También acompañarán a Massa la secretaria de Energía, Flavia Royon; la titular del Banco Nación, Silvina Batakis; y los presidentes de Enarsa, Agustín Gerez, y de YPF, Pablo González, quienes van a buscar inversiones.

Recién el 12 de septiembre Massa se verá cara a cara con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. No obstante, habrá reuniones anteriores con la subdirectora gerente, Gita Gopinath, y el director del Departamento del Hemisferio Occidental, el brasileño Ilan Goldfajn.

El ministro de Economía también tendrá reuniones en Houston, la meca energética de los Estados Unidos. El funcionario va con una carpeta bajo el brazo con detalles de los niveles de producción de Vaca Muerta y el potencial de ese megayacimiento no convencional.

La agenda de Massa viene siendo trabajada intensamente desde hace semanas por el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello, un diplomático con relación fluida con la Casa Blanca.

Por eso, la agenda incluye encuentros con el vicepresidente de Operaciones del Banco Mundial, Axel van Trotsenburg; con el titular del BID, Mauricio Claver-Carone; y con el Tesoro estadounidense para avanzar en el acuerdo de intercambio de información tributaria.

Asimismo, Massa tendrá encuentros con funcionarios de la Casa Blanca y con directivos de las principales empresas que forman parte de la American Chamber of Commerce.

Y luego, sobre fin de septiembre, la embajada recibirá la visita de diez gobernadores argentinos, que mantendrán reuniones de negocios con compañías estadounidenses interesadas en invertir en el país o en importar productos determinados.