Ricardo Delgado: “Hoy la vacuna es un instrumento de política económica”

El economista y director de la consultora Analytica habló con Vía País sobre cómo será el 2021 para el bolsillo de los argentinos y argentinas.

Ricardo Delgado
Ricardo Delgado

Ricardo Delgado, economista, socio y director de la consultora Analytica, estimó que la Argentina podría llegar a crecer este año cerca del 7% si no hay un recrudecimiento de la pandemia en el país y opinó que aún está por verse si el ministro de Economía, Martín Guzmán, consigue las espaldas políticas que necesita para aplicar el plan macroeconómico y de desinflación del que viene hablando.

En una entrevista con Vía País, Delgado habló de “la combinación electoral” de la política económica que va a venir en los próximos meses; plateó por qué es un riesgo atrasar el tipo de cambio; opinó sobre el diagnóstico del ministerio de Economía y las diferencias con el ala dura del kirchnerismo en cuanto a las tarifas; y sobre cómo será el 2021 para el bolsillo de los argentinos.

¿Estamos ante una reactivación, crecimiento o mero rebote estadístico?

En los últimos tres meses se observa una mayor dinámica de la actividad económica, después de un 2020 que estuvo signado por una profundísima recesión, con una caída del 10% del PBI. Pero el último trimestre del año dejó un arrastre estadístico importante para 2021.

¿Qué significa ese arrastre?

Significa que si la actividad económica se planchara en el promedio de los últimos tres meses de 2020, en 2021 el PBI argentino crecería 6% anual. Ese es el piso. Tengo la impresión que se estará algo por arriba de ese piso. Si las cosas mejoran, se podría alcanzar un 7% o incluso un poco más. Por supuesto, si la situación sanitaria se complica y se vuelven a establecer restricciones, el 6% que prevemos de piso va a tender a descender.

¿Y para el bolsillo, cómo prevé el 2021?

La percepción para la gente va a seguir siendo la de una economía que recupera poco. No se está viendo una recuperación importante de los salarios ni de las jubilaciones, por las dos fuentes principales de ingresos de los argentinos. Eso claramente se va a notar en el consumo, que es el principal componente de la demanda.

¿Eso significa que por más que se crezca, la gente no lo va a sentir en la casa?

La sensación no será de mayor poder de compra. Quiero decir, habrá crecimiento económico pero se va a sentir poco en los hogares. Comparado con el 2020, claramente será un año mejor.

¿En qué medida podría incidir la situación sanitaria?

Siempre hay que tener en cuenta qué puede pasar con la pandemia. Aceleración de la vacunación mediante, puede haber una mejor percepción y algún impacto positivo en las expectativas. Hoy la vacuna es un instrumento de política económica. Vacunar más rápido es mejor para la economía, puede ser una obviedad pero hay que tenerlo muy en claro.

La UIA dijo que la prohibición de despidos y la doble indemnización están generando un freno a la demanda de mano de obra. ¿Esto es así o podría ser una lectura interesada?

No, es una realidad… sobre todo en el segmento pyme. Tengamos en cuenta que el año pasado se perdieron casi 4 millones de empleos (entre registrados e informales) y hasta el momento se recuperaron 2 millones. Claramente el contexto no es el mejor para tomar empleo, sobre todo en una economía que en promedio en dólares es mucho más chica que hace cuatro o cinco años atrás. Entonces, las estructuras de costos de las empresas han quedado sobredimensionadas para la economía que tenemos y para la que presumiblemente se viene en los próximos años. Y un componente importante en esas estructuras de costos son los trabajadores. Por eso digo, no se prevé que haya más despidos masivos, pero sí pocas posibilidades de ingresar nuevo empleo de manera significativa y constante. Hablo en promedio, hay sectores que sí podrán hacerlo. Pero otros, como el de los de servicios sí van a tener serias dificultades.

¿Qué le opinión tiene sobre el diagnóstico que hace Guzmán?

Creo que Guzmán está planteando correctamente el diagnóstico del problema hoy, que a mi juicio es la inflación y cómo resolverla. Hay una necesidad de mayor disciplina fiscal y monetaria. Y luego está la cuestión vinculada a los acuerdos de precios y salarios para intentar combatir la inercia de la carrera y para coordinar las expectativas. Estoy de acuerdo con eso.

¿Y en qué medida las señales de la política le generan ruido o dificultan ese esquema?

Ahí está el tema: hay que ver si Guzmán podrá tener la espalda política suficiente para poder llevar adelante un programa de estabilización de precios o una desinflación gradual, que permita empezar a resolver y a sacarnos de encima la inflación.

Pasa que mientras Guzmán intenta enviar señales al mercado, en el Gobierno hay mucho ruido entre si gobierna Alberto, Cristina o qué van a hacer con la Justicia, entre otros temas…

La política siempre juega, sobre todo en un año electoral tiene injerencia. La economía no la hacen los académicos sino personas del Gobierno que tienen que entender que están haciendo política económica. Este año va a ser particular: el Gobierno necesita tener buenos resultados electorales y por eso va a apelar a lo que apelan generalmente todos: atrasar algo el tipo de cambio, lo cual es un riesgo; planchar todo lo que se pueda las tarifas de servicios públicos, que es la discusión más compleja que tiene Guzmán con el ala más dura de la coalición de gobierno; y a estimular todo lo que se pueda el consumo y el crédito sin que suba la tasa de interés. Eso es la combinación electoral de la política económica que va a venir en los próximos meses.

¿Por qué plantea que es un riesgo atrasar el tipo de cambio respecto de la inflación?

Es un riesgo por la brecha que hay entre el tipo de cambio oficial y los dólares financieros y el blue, que alcanza el 60%. Además, si se atrasa el valor oficial del dólar, aquellos que los tienen no lo van a querer vender o liquidar, y aquellos que necesitan importar, van a tratar de anticipar todas las compras que puedan previendo que luego el peso se va a depreciar fuertemente. Por todo esto es un riesgo difícil de manejar. Esto es parte del combo electoral. En el 2019 no se hizo porque había un desequilibrio económico brutal por las devaluaciones previas, que no es este caso.

Guzmán plantea que la inflación es un fenómeno multicausal y pide paciencia. ¿Hay margen para esperar o se necesitan medidas más de shock?

Creo que hay un buen diagnóstico, dado que hay multicausalidad en la inflación actual, con dominancia fiscal. Si vos tenés déficit y emitís todo el tiempo para financiarlo, eso genera inflación. A esta altura ya no se puede discutir eso. Pero esa no es la única causa de la inflación en la Argentina. Con más de 10 años de alta inflación, ya se generó una inercia inflacionaria. Esto es: los contratos, los alquileres, las paritarias, tratan de recomponer la inflación pasada y en consecuencia establecen un nuevo piso a la tasa de inflación. Esto es lo que hay que resolver y por eso está bien que se busque coordinar precios y salarios.