Se derrumban los bonos argentinos y el Riesgo País supera los 2500 puntos

Dentro del ajuste de precios que tiene en vilo a los mercados internacionales, los títulos públicos cotizan a valores de default.

Scott Heins/Getty Images/AFP
Scott Heins/Getty Images/AFP

El riesgo país alcanzó los 2.512 puntos básicos luego de la caída de bonos argentinos y dentro del ajuste de precios que sacude a los mercados internacionales. Son valores que no se veían desde el día después de las PASO, cuando el riesgo se disparó por la sorpresiva derrota de Mauricio Macri. Las acciones también cotizan en rojo. El S&P Merval pierde 2,4% en el arranque y los papeles en Wall Street también muestran bajas.

Como consecuencia de la caída de los precios de los bonos emergentes, las emisiones argentinas ofrecen paridades de 40% que revelan el cálculo de una fuerte quita en una eventual reestructuración de la deuda pública. Con el reperfilamiento que abarca tanto a los títulos en dólares como en pesos, los mercado internacionales, ávidos por activos de cobertura debido al avance del coronavirus, consideran a estos activos con valores de default.

“Mientras que afuera preocupaba el avance del coronavirus por el mundo, aquí se sumaba, además, la incertidumbre de los inversores en torno a la renegociación de la deuda”, apuntó un reporte de Portfolio Personal Inversiones.

La caída llega luego de la reunión de esta semana del ministro de Economía, Martín Guzmán, con representantes de los principales fondos de inversión acreedores del país. Argentina se dispone a lanzar una oferta de reestructuración a los tenedores de bonos emitidos bajo legislación extranjera, un paso que desvelará las concesiones que el país espera de sus acreedores y sus planes para poder cumplir en el futuro con los compromisos de deuda.

Martín Guzmán (REUTERS/Agustin Marcarian)
Martín Guzmán (REUTERS/Agustin Marcarian)

"Estamos jugando al póquer y no con chicos. tenemos que hacerlo bien, con inteligencia", decía hace un mes el presidente argentino, Alberto Fernández, al argumentar por qué no mostraba aún sus cartas en el desafiante juego con los acreedores.

Pero se acerca la hora de la verdad: la semana próxima, según el cronograma previsto, Argentina debería presentar una oferta y dejar abierto un plazo de adhesión que cerraría hacia finales de este mismo mes. Aunque no pocos analistas dejan abierta la posibilidad de que el lanzamiento de la oferta se retrase para afinar los detalles, dan por descontado que la propuesta será "agresiva", es decir, que implicará fuertes concesiones por parte de los bonistas.

Pese a que Fernández ha cuidado el sigilo oficial alrededor de la inminente oferta, en los últimos días se encargó de dejar claro que el acuerdo al que se llegue deberá ser "sostenible", es decir, que los compromisos que se asuman puedan ser cumplidos.