Uno de los sobreviviente de la tragedia de Los Andes produjo un vino en Mendoza: “Monte Seler”, en honor a su padre

Uno de los ex rugbier que vivió 72 días en la Cordillera de Los Andes tras el accidente aéreo en 1972, que logró caminar 38 kilómetros soportando el frío, la nieve, la altura y el viento para pedir ayuda, produjo un vino en Tupungato que expresa todo su espíritu.

Los vinos se producen con uvas que nacen al pie de la Cordillera de los Andes, en el Valle de Uco, Mendoza.
Los vinos se producen con uvas que nacen al pie de la Cordillera de los Andes, en el Valle de Uco, Mendoza. Foto: Instagram

Sobrevivió 72 días en la montaña, junto a los otros 16 sobrevivientes de la tragedia de Los Andes, mientras su madre, hermana y otros compañeros murieron. Corrió 38 kilómetros para buscar ayuda junto a Antonio Vizintin y Roberto Canessa, y lo logró. Con ese mismo espíritu, de esperanza de aferrarse a la vida y reencontrarse con la familia -en su caso con su padre-, fue que Fernando “Nando” Parrado creó un vino homenaje, en Tupungato.

Los vinos se producen con uvas que nacen al pie de la Cordillera de los Andes, en el Valle de Uco, Mendoza.
Los vinos se producen con uvas que nacen al pie de la Cordillera de los Andes, en el Valle de Uco, Mendoza. Foto: Instagram

“Este proyecto honra el fuerte vínculo entre Nando y su padre Seler Parrado a través del disfrute, de la celebración, del compartir… del vino”, se lee en el sitio de Nando Parrado Wines al presentar el trabajo que se realiza en Argentina, puntualmente en Tupungato, donde cultivó amistad con Aldo Franchetti y Nicolás Fernández Deotto, con quienes encontró “en el vino el mejor camino para transmitir este mensaje de encuentro, del compartir, de la alegría de vivir», cuenta IProfesional.

Los vinos se producen con uvas que nacen al pie de la Cordillera de los Andes, en el Valle de Uco, Mendoza.
Los vinos se producen con uvas que nacen al pie de la Cordillera de los Andes, en el Valle de Uco, Mendoza. Foto: Instagram

En las redes sociales, el empresario destacó que “cada botella de vino es un homenaje a mi padre, Seler Parrado, y gracias a Matías (Michelini), viticultor de NPW, su legado perdura en cada sorbo”.

Los vinos se producen con uvas que nacen al pie de la Cordillera de los Andes, en el Valle de Uco, Mendoza.
Los vinos se producen con uvas que nacen al pie de la Cordillera de los Andes, en el Valle de Uco, Mendoza. Foto: Instagram

Estos productos empezaron a comercializarse a mediados del 2023, logrando homenajear tanto a los fallecidos como sobrevivientes uruguayos, principalmente con la etiqueta del vino.

Los vinos se producen con uvas que nacen al pie de la Cordillera de los Andes, en el Valle de Uco, Mendoza.
Los vinos se producen con uvas que nacen al pie de la Cordillera de los Andes, en el Valle de Uco, Mendoza. Foto: Instagram

Las uvas de este vino provienen de Gualtallary, Tupungato y desde el proyecto detallan que “su fermentación es en pileta de cemento, su crianza en barrica de roble francés de 225 litros de segundo uso”.

“Con el viticultor Matías Michelini, en el incomparable terruño de Gualtallary creamos un Malbec excepcional: Monte Seler es el desafío y la determinación”, señaló Parrado en sus redes sociales.

Los vinos se producen con uvas que nacen al pie de la Cordillera de los Andes, en el Valle de Uco, Mendoza.
Los vinos se producen con uvas que nacen al pie de la Cordillera de los Andes, en el Valle de Uco, Mendoza. Foto: Instagram

Al mismo tiempo, destacó que es “un vino que nace en la hostilidad de un terruño muy especial, que sabe de contrariedades, de tiempo y de esfuerzo, para transmutar en elegancia y armonía”.

En cuanto a las especificidades de este vino, detallan que se trata de un Malbec de Gualtallary, criado durante 12 meses en barricas de roble francés, “destinado a ser la fuente de inspiración de los amantes más exigentes del vino”.

“Monte Seler encierra en cada copa la determinación de conquistar cada momento como una gran celebración”, destacó, dejando en esa frase, una enseñanza.

Este “Monte Seler” tiene su referencia, y también originada en aquella tragedia. Cuando Nando llegó a la cima y viendose desolado y decepcionado por ver que “los cordones montañosos se extendían más y más”, se aferró a la ilusión de volver a ver a su padre. Fue entonces que “con un lápiz labial, escribió en una bolsa de plástico la inscripción ‘Mt. Seler’ en la cima de la montaña, para dejarla bajo una piedra y darle así su nombre para siempre”.